La crisis política desatada en Alemania después de que el canciller Olaf Scholz (SPD) destituyera al ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), debido a fuertes discrepancias sobre la política fiscal, ha hecho saltar por los aires la coalición del gobierno tripartito, abocando al país a elecciones anticipadas. Esta complicada situación se produce en el peor momento para el país germano, que tiene ante sí unas sombrías perspectivas económicas en medio de la debilidad de su sector manufacturero y una industria automotriz en apuros.
Los comicios se celebrarán el 23 de febrero de 2025, pero antes Scholz deberá someterse a una moción de confianza que tendrá lugar el próximo 16 de diciembre.
"A partir de entonces, es probable que transcurran uno o dos meses hasta que se forme una nueva coalición y se forme un nuevo gobierno. Por tanto, es poco probable que en el primer trimestre del próximo año se produzcan las reformas políticas que se necesitan con urgencia", indica Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Dado que los democristianos (CDU y su partido hermano bávaro, CSU) lideran las encuestas, parece casi seguro que el líder del partido, Friedrich Merz, se convertirá en el nuevo canciller. No obstante, necesitará un socio menor. "El FDP sería el partido más próximo a la CDU/CSU en cuanto a preferencias políticas. Sin embargo, dadas las últimas encuestas, no es seguro que el FDP obtenga más del 5% de los votos necesarios para formar parte del nuevo Parlamento. Incluso si lo consiguieran, es poco probable que, junto con la CDU/CSU, obtuvieran la mayoría de los escaños", señala el experto.
"Añadir a los Verdes a una coalición CDU/CSU/FDP no tendría sentido, ya que, en particular, los Verdes y el FDP chocaron con frecuencia en la actual coalición 'semáforo' entre SPD, FDP y los Verdes. También es inimaginable que el partido populista de izquierdas de Sahra Wagenknecht (BSW) o los populistas de derechas, Alternativa para Alemania (AfD), formen parte de un nuevo gobierno. Esto hace que el resultado más probable sea una coalición entre la CDU/CSU y el SPD o los Verdes", añade Junius.
En Berenberg también consideran que el resultado probable será una coalición de la actual oposición de centroderecha CDU/CSU con un socio menor de centroizquierda, ya sea el SPD o, menos probable, los Verdes, aunque advierten que las negociaciones "serán difíciles", puesto que todos los partidos "afinarán su perfil" durante la campaña enfatizando sus diferencias.
"Pero al final, la aritmética y el marco constitucional de Alemania los obligarán a formar una coalición que incluirá muy probablemente (al menos) un partido de ambos lados de la corriente política dominante. Esperamos que un nuevo gobierno bajo el líder de la CDU, Friedrich Merz, marque el comienzo de una ola de reformas pro crecimiento junto con algunos cambios en el freno de la deuda para darle al nuevo gobierno un poco más de espacio fiscal", comentan desde la firma germana.
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Alemania celebrará elecciones anticipadas el próximo 23 de febreroEn este sentido, precisamente cabe destacar que uno de los desacuerdos en el gobierno dirigido por Scholz era cómo abordar la llamada quiebra de la deuda, una norma fiscal más estricta que las de la Comisión Europea. Y es que, según explican desde J. Safra Sarasin Sustainable AM, la ruptura de la deuda alemana sólo permite déficits presupuestarios de hasta el 0,35% del PIB ajustado al ciclo en épocas normales. "Las excepciones son posibles en caso de grandes crisis económicas o catástrofes naturales como la pandemia".
De hecho, las políticas fiscales restrictivas han limitado el gasto de inversión en las últimas décadas. Como resultado, la relación deuda/PIB ha disminuido y el crecimiento alemán ha sido inferior al de sus socios de la Unión Europea (UE).
Por ello, desde la gestora ven "muy probable que un nuevo gobierno alemán modifique el límite de deuda para permitir más inversión y gasto en defensa. Mientras que el FDP sigue oponiéndose a esos cambios, la CDU parece algo más abierta. En general, los cambios son claramente necesarios si Alemania no quiere quedarse rezagada. Vemos buenas posibilidades de que un nuevo gobierno sea más reformista que los anteriores".
Es más, en la presentación de su informe anual, el Consejo Alemán de Expertos Económicos sugiere, entre otras cosas, reformar con prudencia el techo de deuda a fin de ampliar el espacio fiscal para gastos orientados al futuro, y propone modernizar las infraestructuras de transporte, el aumento de la oferta de viviendas y la digitalización en el sector financiero.
"Independientemente de las reformas estructurales por las que empiece un nuevo gobierno alemán, el tiempo es oro y las reformas son urgentes si Alemania quiere garantizar su alto nivel de seguridad social y libertad", avisa Junius.
"A menos que intervenga un gran shock externo (una escalada de la guerra comercial con Estados Unidos, una victoria de Putin en Ucrania), la economía alemana puede empezar a recuperarse a partir de la primavera de 2025", enfatizan en Berenberg.
DINÁMICA DE INVERSIÓN EN TORNO A LAS ELECCIONES
En medio de este escenario electoral, en Morgan Stanley creen que la dinámica de inversión "muestra un patrón interesante" donde, de media, "la inversión en maquinaria y equipo (M&E) aumenta un 6,5% acumulado en el lapso de cuatro trimestres después de unos comicios".
Además, en el caso de un cambio de gobierno (es decir, al menos un partido en el gobierno cambia), "las inversiones en M&E aumentan un 9% de media. Un canal potencial podría ser que un nuevo programa de gobierno elimine la incertidumbre, lo que desata la inversión corporativa".
Esto podría elevar el crecimiento del PIB en 20 puntos básicos en 2025, debido a que las encuestas actuales muestran que la oposición CDU/CSU lleva ventaja de cara a las elecciones y se vislumbra un cambio de gobierno.
"En términos nominales, la expansión previa de la inversión en M&E implicaría un aumento del crecimiento del PIB de 40 puntos básicos, si todo lo demás se mantiene igual (esto ya refleja el hecho de que parte de la nueva maquinaria se produce en el extranjero). Frente a los desafíos actuales en el sector manufacturero alemán (débil comercio global, posibles aranceles de los EEUU, mayor competencia del exterior, mayores costos de la energía), podríamos ver solo un repunte moderado de alrededor de 20 puntos básicos", concluyen en Morgan Stanley.