El S&P 500, el principal índice bursátil a nivel mundial, ha registrado una caída superior al 10% desde sus máximos anuales de julio y ha entrado en lo que se denomina territorio de corrección. Esto ha motivado que muchos inversores se pregunten si este es el inicio de otro mercado bajista en las bolsas mundiales.
Steven Bell, economista jefe para EMEA (Europa, Oriente Medio y África) de la gestora Columbia Threadneedle Investments, reconoce que "la renta variable atraviesa un mal momento", pero añade que "hay buenas razones para seguir confiando en que las bolsas no están entrando en territorio de mercado bajista".
Según su valoración, el principal lastre para los mercados no es la tensión geopolítica actual, con el estallido del conflicto en Oriente Medio, sino la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal (Fed).
Porque los tipos de interés han experimentado un aumento por encima de las expectativas del mercado, y los bancos centrales advierten de que continuarán en niveles elevados durante un periodo prolongado. La inquietud es tan palpable en los mercados que, paradójicamente, las noticias positivas derivadas de indicadores económicos más sólidos se tornan preocupantes, ya que suscitan temores de un incremento mayor en las tasas de interés.
Así, el cambio en la política monetaria, que ha transitado de ser sumamente flexible a tornarse restrictiva, constituye evidentemente una desfavorable perspectiva para los activos de alto riesgo en términos generales.
LOS TIPOS DE INTERÉS NO SE DIRIGEN AL ALZA
Sin embargo, Steven Bell argumenta que esta semana, tras los datos de empleo de octubre, "deberíamos ver pruebas de que los tipos de interés no se dirigen al alza, y bien podríamos ver que están preparados para grandes caídas en 2024".
Porque, en su opinión, las circunstancias han evolucionado en la batalla contra la inflación. Sobre todo en lo que se refiere a la inflación salarial. "Espero que muestre un nuevo descenso significativo. La espiral de los precios salariales está funcionando a la inversa, con una menor inflación que conduce a menores subidas salariales", comenta este analista.
Además, sobre los datos del mercado laboral, indica que es posible que el empleo siga aumentando, pero simultáneamente se observa un incremento en la oferta de mano de obra, en gran parte debido a la inmigración. Por ello, aunque esta semana no se prevea un aumento del desempleo en las cifras actuales, la tendencia en los meses venideros apunta al alza, lo que modificará la perspectiva de la Reserva Federal.
LA IMPORTANCIA DE LOS BENEFICIOS EMPRESARIALES
Por otro lado, Bell considera que, a pesar de los indicios de ralentización del crecimiento global que muestran los índices de gestores de compras, que se siguen muy de cerca, también hay señales de que el crecimiento de los beneficios empresariales está empezando a repuntar, al menos en Estados Unidos.
"Lo importante aquí es que los servicios dominan la actividad económica global, especialmente el empleo, pero los beneficios de las empresas cotizadas son mucho más sensibles a la industria manufacturera", señala.
Así, según su análisis, los datos sugieren que la debilidad de los beneficios podría haber terminado. Porque se basan en los índices ISM de EEUU, la serie original que dio lugar a los índices de directores de compras.
"Pero el componente manufacturero es el dominante, dos veces más importante que los servicios. Así pues, la economía global se ralentizará debido a la desaceleración de los servicios, pero los beneficios empresariales deberían recuperarse, a medida que repunte el sector manufacturero. En el contexto actual, ésta es la combinación perfecta: menor presión inflacionista, pero mejores beneficios empresariales", concluye Bell, para justificar su visión positiva sobre la renta variable.