"No alteramos nuestra política de asignación de activos tras el ataque a Israel". Así de claro ha sido Benjamin Melman, director de Inversiones Global (CIO) de la gestora Edmond de Rothschild AM.
Una visión de mercado compartida con otros estrategas, pero que sin embargo puede evolucionar en los próximos días o semanas, en función de cómo evolucionen los acontecimientos en Oriente Medio.
Aunque todavía es pronto para hacer un paralelismo entre la guerra del Yom Kippur de 1973 y la situación actual, lo cierto es que el ataque palestino ha sido el más importante lanzado a Israel desde esa fecha.
El conflicto de 1973 provocó la denominada 'crisis del petróleo' y un desplome bursátil del 14% en Wall Street durante el mes de octubre de ese año.
TRES ESCENARIOS POSIBLES
La firma XTB maneja tres escenarios. El más probable, y el que contemplan por el momento la mayoría de gestores, es que la situación quede acotada a un conflicto regional entre palestinos e israelíes, que no suponga en ningún caso un petróleo por encima de 100 dólares.
Un segundo escenario, "algo menos probable", implicaría que EEUU aplicara nuevas sanciones a Irán por su ayuda a los palestinos, lo que "podría ser suficiente para impulsar los precios del petróleo a 100 dólares el barril, y potencialmente más". Esta situación, por tanto, obligaría a los gestores a replantearse cambios en su asignación de activos.
Por último, el escenario "extremo" consistiría en un ataque directo de Israel a Irán, al que se asigna un 20% de probabilidad, lo que dispararía el precio del petróleo por encima de 150 dólares.
LA VALORACIÓN DE BENJAMIN BELMAN
Según Benjamin Belman, hasta el momento la reacción del mercado "ha sido bastante contenida". Este gestor añade que "la dramatización de la situación implica a protagonistas no productores de petróleo, cuyo impacto en la escena económica global sigue siendo limitado".
Según su valoración, "la principal amenaza es una conflagración regional, con el riesgo de una guerra entre Irán e Israel que se avecina, con repercusiones de gran alcance".
Porque "Irán no sólo es un importante productor de petróleo, sino que también tiene capacidad para bloquear el estrecho de Ormuz, como ya ha hecho en el pasado y, puede destruir fácilmente los yacimientos petrolíferos vecinos".
Sin embargo, Belman destaca que "la reacción del fin de semana de Hezbolá, brazo armado de Irán, fue bastante simbólica y no apunta abiertamente a una acción coordinada de Teherán".
LA POSICIÓN DE ISRAEL
Por otra parte, recuerda que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha anunciado una "guerra larga y compleja", aunque "nadie sabe en este momento si se mantendrá en el ámbito de las operaciones ya vistas en el pasado o si la onda expansiva implicará una reacción tal que podría conducir a una extensión del conflicto".
En este sentido, añade que "el hecho de que el gobierno israelí se haya visto especialmente debilitado en la escena interna tras los intentos de reforma constitucional rechazados por amplios sectores de la población puede hacer menos previsible su reacción internacional".
CONCLUSIONES
En este contexto, Belman concluye que "la acumulación de una prima de riesgo en los mercados es lógica". No obstante, añade que, "en esta fase, no presenta ninguna oportunidad particular, ni exige una revisión de nuestra política de asignación de activos. Por lo tanto, estamos a la espera de nuevos acontecimientos antes de tomar una posición".
En la misma línea, Franco Macchiavelli, responsable de análisis en Admirals España, comenta que "la evolución de las próximas semanas será crucial para determinar el escenario global y mayores implicaciones en términos geopolíticos y macroeconómicos, pero hasta entonces, el mercado podría optar por el 'risk-off' como movimiento prudente, mostrando mayor aversión al riesgo y optando por valores refugio".