¿Cuándo empezará la Reserva Federal (Fed) a recortar los tipos de interés? Es la gran pregunta que se hace el mercado, especialmente después de que el último dato de inflación en EEUU ofreciera una lectura mejor de la esperada. Sin embargo, la publicación de las actas de la Fed correspondientes a la reunión de julio ha despertado viejos temores al anticipar nuevas subidas ante un posible repunte inflacionario.
En este escenario, Paolo Zanghieri, economista senior en Generali Investments, cree que "tras la subida de tipos de julio, la Fed debería detenerse, pero una inflación pegajosa podría requerir otra subida en septiembre. No vemos recortes antes de finales del primer trimestre de 2024 como muy pronto".
El Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) decidía subir en julio los tipos de interés en 25 puntos básicos, tras haber realizado una 'pausa hawkish' en su reunión anterior, y llevaba las tasas hasta la horquilla comprendida entre el 5,25% y el 5,5%, su nivel más alto en 22 años.
Durante la rueda de prensa posterior al cónclave monetario, el presidente del organismo, Jerome Powell, no ofreció 'pistas' sobre los próximos movimientos del banco central estadounidense y tan solo se limitó a señalar que "no hemos tomado ninguna decisión sobre futuras reuniones".
"Nuestro escenario de referencia no contempla nuevas subidas de tipos, ya que los tipos reales se encuentran en territorio positivo en todos los plazos y la estabilidad financiera sigue siendo motivo de preocupación, sobre todo por el aumento de los impagos", explica Zanghieri.
Sin embargo, el experto matiza que "no pueden descartarse en caso de que los indicios de deflación resulten temporales. La desaceleración de la economía justificará un recorte de los tipos a finales del primer trimestre de 2024 o algo más tarde".
RECESIÓN A FINALES DE AÑO, PERO MENOS PROFUNDA
Hasta el momento, y a pesar del rápido y agresivo endurecimiento monetario llevado a cabo por la Fed, la economía de EEUU se está mostrando más resistente de lo esperado.
En el segundo trimestre, el PIB aumentó un 2,4% en tasa anual, según la estimación publicada por el Departamento de Comercio estadounidense. El crecimiento se vio impulsado no sólo por la estabilidad del consumo, sino también por el repunte de la inversión.
"El consumo privado se ve impulsado por el ahorro residual que acelera las rentas reales del trabajo y por su inclinación hacia los servicios, poco sensibles a los tipos: el gasto público sigue aportando una contribución positiva. La inversión se beneficia del hecho de que, antes del inicio del ciclo alcista, las empresas pudieron asegurarse unos tipos de interés muy bajos. Sin embargo, este impulso a las inversiones se desvanecerá, ya que la deuda deberá renovarse a tipos mucho más elevados", señala Zanghieri.
Asimismo, indica que la fuerte demanda impide un rápido descenso de la inflación, aunque hay indicios de desaceleración salarial.
"El enfriamiento del mercado laboral ha llevado al índice de costes laborales a crecer en el segundo trimestre al ritmo intertrimestral más lento en dos años (1%); sin embargo, con un 4,6%, sigue estando 1 punto porcentual por encima del nivel compatible con una inflación del 2%. La ralentización de los precios de producción también reducirá la inflación en los próximos meses, pero los riesgos para nuestra previsión de inflación subyacente del IPC del 4% a finales de año (3,5% para el IPC) siguen inclinándose al alza", analiza el experto.
Por ello, desde Generali Investments dicen que, a pesar de que la demanda seguirá siendo fuerte en el tercer trimestre, "prevemos que la economía entre en una recesión poco profunda hacia finales de año, con cierta debilidad que se prolongará hasta principios de 2024".