El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) tienen ante sí un mes de septiembre decisivo. Ambos bancos centrales llevarán a cabo sendas reuniones en las que deben decidir si siguen adelante con su endurecimiento monetario o, por el contrario, apuestan por una pausa. Los datos económicos inclinarán la balanza a un lado u otro, aunque hay un organismo que lo tiene un poco más difícil.
Este es el caso del BCE, y es que la debilidad de los PMI hace pensar a algunos expertos que la institución que preside Christine Lagarde mantendrá los tipos de interés en el 4,25%. Sin embargo, la persistencia de la inflación lleva a otros a prever una nueva subida.
"Reconocemos que nuestra visión de una última subida de 25 puntos básicos pende ahora de un hilo, pero esta posibilidad nos sigue pareciendo más material de lo que el mercado está dispuesto a valorar", afirma Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM.
Desde la gestora creen que el debate sigue estando muy equilibrado entre 'halcones' y 'palomas', es decir, entre aquellos miembros del Consejo que quieren seguir adelante con las alzas y los que no.
"El flujo de datos debería ser el 'juez de paz', pero en lo que respecta a la inflación, no está enviando una señal clara", añade Moëc.
De hecho, y pese a las previsiones de un leve descenso, la inflación no cayó en agosto en la zona euro. El alza de los precios se mantuvo en el 5,3% y, aunque la tasa subyacente se moderó hasta el 5,3% desde el 5,5%, en línea con lo estimado, sigue en el entorno del 5% en el que lleva instalada desde diciembre de 2022.
"Algunas de las medidas más sofisticadas de la inflación subyacente, por ejemplo, el 'supernúcleo' del Componente Persistente y Común de la Inflación (PCCI) han señalado una clara inflexión hace varios meses, pero el mensaje de las impresiones básicas de la inflación subyacente sigue siendo problemático", agrega el estratega de AXA IM.
Por ello, destaca que "si se utilizan los datos desestacionalizados del BCE, la variación anualizada a tres meses de los precios tanto de los servicios como de los bienes manufacturados incluso ha repuntado en agosto".
Desde el lado de los PMI, la economía de la eurozona cae al ritmo más fuerte desde noviembre de 2020. Tanto el sector manufacturero como el de servicios están en contracción y los últimos datos son motivo de preocupación.
Hamburg Commercial Bank, la entidad encargada de difundir las cifras PMI, incide en que "la segunda mitad del año presentará un desafío mayor para la zona euro porque el sector servicios, que fue el sector estabilizador, se ha convertido en un lastre para la economía, mientras que es muy probable que el sector manufacturero aún no haya tocado fondo".
Y es precisamente esta desaceleración en el crecimiento la que ha llevado a algunos expertos a confiar en que el BCE mantenga los tipos en septiembre, con el fin de evitar una recesión.
PAUSA DE LA FED
Donde parece que la decisión está más clara es en la Reserva Federal (Fed) y todo parece indicar que el banco central estadounidense hará una pausa en su próxima reunión de los días 19 y 20 de septiembre.
"El presidente de la Reserva Federal, Powell, se había mostrado agresivo al hablar de la preocupación de que la economía pudiera estar recuperándose durante el verano y afirmó que la Fed necesitaba pruebas de un debilitamiento continuado del mercado laboral para evitar otra subida. Los datos del mercado laboral de este mes han proporcionado esa evidencia y mantenemos nuestra opinión de que la Fed dejará los tipos sin cambios en su reunión de septiembre", subraya Moëc.
El aumento del desempleo y la ralentización del crecimiento de los ingresos se unen a otros indicadores más amplios del informe empleo de agosto, como la caída de las vacantes y el aumento de los recortes de empleo, que sugieren una relajación del mercado laboral.
Ello, junto a la contracción del sector manufacturero y la revisión a la baja del PIB del segundo trimestre, parecen indicar que la primera economía del mundo está ralentizándose, lo que ha aumentado la expectativa de que la Fed pueda poner fin al ciclo de ajuste.
"Esperamos que en los próximos meses se sigan observando signos de debilitamiento del mercado laboral y de la actividad, en particular por parte de los consumidores, tras la explosión de actividad registrada a principios de verano", agregan desde AXA IM.
"En conjunto, creemos que esto disuadirá a la Reserva Federal de volver a endurecer su política monetaria en noviembre o más adelante, y seguimos considerando que el 5,50% es el nivel máximo del tipo de interés de los fondos federales", concluye Moëc.