A contracorriente, para lo bueno y lo malo. Smart Social Sicav, la primera institución de inversión colectiva nacida íntegramente de las redes sociales, se ha pegado el batacazo por sus fuertes apuestas bajistas en 2019, con una caída del -20%. Sin embargo, su gestor sigue en sus trece y afirma que mantendrá la estrategia actual. De momento, el balance es negativo desde su fundación, unos resultados que le ponen contra las cuerdas.
“Es una evidencia que estamos teniendo malos resultados y muy lejos de las expectativas creadas, aunque hace solo 12 meses la situación era muy distinta aportando una buena rentabilidad y muy por encima de la media”, recuerda Antoni Fernández, gestor de la sicav, en el informe de diciembre. En 2018, cuando todos los mercados cayeron a plomo, Smart Social Sicav subió un 15%. Pero este año ha ocurrido justo lo contrario. Todos los activos se han disparado y la sicav ha perdido un -20%. En sus cuatro años y medio de recorrido, su rentabilidad anualizada está en rojo, en el -0,7%.
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Paramés tiene todos sus fondos en negativo desde que fundó CobasCon estas cifras, “asumo plenamente mi responsabilidad y los errores de ‘timing’ en la confección de la cartera de este 2019 que dejamos atrás”, afirma Fernández. Sin embargo, en el informe sorprende a los inversores al aventurar que “sigo confiando al 100% en nuestra cartera bajista, que estoy mentalmente fuerte por muchas críticas que reciba y que más temprano que tarde dará todos sus frutos”.
En 2020, pese al revolcón del pasado año y haciendo caso omiso al consenso de los expertos, que prevé un buen ejercicio para los activos de riesgo aunque con rendimientos más moderados que en el 2019, comienza con una cartera llena de cortos. La exposición corta en el Nasdaq se eleva hasta el 73%, y en el DAX hasta el 25%. Su apuesta es todo o nada. Tiene un 98% de cortos, un 2% de liquidez y un 0% de largos.
CINCO RAZONES PARA ESTAR (MUY) BAJISTA
Su hilo argumental tiene una conclusión final muy catastrofista: “el Nasdaq es una burbuja, un fake market”. Su estimación es que baje hasta los 5.000 puntos y que, gracias a los cortos, el potencial de revalorización de la sicav sea superior al 40%. El viernes, el selectivo estadounidense cerró en los 8.966 puntos, y ha arrancado el 2020 subiendo un 1,1%.
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Josef Ajram abandona la gestión de su sicav por los malos resultadosFernández justifica su postura en que las grandes tecnológicas son las que han soportado mayoritariamente la subida del Nasdaq en 2019. Pone a Apple de ejemplo sobre lo que, a su juicio, podría estar por llegar. “Apple ha subido un 100% en 2019, y esa verticalidad en las subidas de algunos componentes del Nasdaq también la vimos en el 2000. Además, Apple ha tenido varios desplomes importantes en su historia y no hace falta ni que desaparezca la empresa, ni que haya recesión, ni mucho menos una guerra. Son ciclos normales que tienen todos los valores”, apunta. “Su media en un ciclo bajista es del -55%, lo que lo llevaría a los niveles de 140 dólares desde la cotización actual y que coincide con los mínimos marcados en diciembre de 2018, justo donde está nuestro potencial objetivo para el Nasdaq”, justifica el gestor.
Una segunda razón es la bola de nieve que generan los ETF y la gestión pasiva. “A más ponderación en los índices, más compras de esos pocos valores y más subida”. Un tercer aspecto son las recompras de acciones propias por parte de las cotizadas, que se han disparado al igual que en el 2007, provocando la disminución de acciones en circulación y potenciando las subidas. En lo que respecta a estas dos tendencias, el gestor de Smart Social Sicav asegura que “cada vez se ve más claro su final, y no parece que vaya a ser de forma ordenada”.
El cuarto punto de su argumentario es que el mercado de repos se ha tensionado mucho en los últimos meses y “parece que no hay plena confianza entre los bancos”. La FED ha tenido que intervenir para abastecer de liquidez a los bancos, y eso “también ocurrió en el 2007”, antes de la quiebra de Lehman Brothers. Una quinta afirmación que rebate Fernández es la que dice que en año electoral en Estados Unidos, es casi imposible que baje la bolsa. Pues bien, recuerda, “el 2000 fue año electoral y el Nasdaq cayó un -43%, y el 2008 también fue año electoral y el Nasdaq cayó un -40%”. Los argumentos parecen lógicos, pero los hechos no le han dado la razón por el momento.