Las sicav se han pegado un tiro en el pie al reducir su inversión en España. Puestas en entredicho desde el 2015 por los políticos, estas sociedades, que usan las grandes fortunas, siempre han usado tres argumentos para garantizar su supervivencia. Uno de ellos es su alta propensión histórica a invertir en activos locales. Sin embargo, datos recientes de la CNMV echan por tierra esta afirmación: las sicav solo tienen un 18% de su patrimonio invertido en valores españoles.
Instituciones como la CNMV y la patronal de las gestoras, Inverco, han defendido en reiteradas ocasiones que la industria de las sicav tiene muchos beneficios para el tejido económico y empresarial español: dan trabajo a gestores, bancos depositarios, abogados y auditores, contribuyen con impuestos al fisco y con tasas administrativas a la propia CNMV e invierten mucho dinero en empresas españolas. Respecto a este último punto, incluso han puesto de manifiesto que si PSOE y Unidas Podemos se cargan el vehículo, no estarán acabando con las sicav, sino con las sicav de derecho español, y eso implicará una importante merma en la inversión en valores españoles.
Según estos organismos, un tercio del patrimonio de las sicav se invierte en España, cifra que se eleva hasta el 50% en el conjunto de los fondos, pensiones y sicav. Pero eso era antes. Según el último informe anual de la CNMV, con datos de 2019, las sicav apenas tienen ya un 18% de sus activos bajo gestión en España, aunque el organismo presidido por Sebastián Albella sigue considerando que es “una parte significativa de su cartera”. En un mundo cada vez más globalizado en lo que a las acciones y los bonos se refiere, estas sociedades han ampliado sus miras. Esta tendencia a la baja resta credibilidad a uno de los últimos cartuchos que aún manejan los defensores de las sicav frente a la coalición de izquierdas en el Gobierno.
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En su acuerdo de Gobierno “progresista”, PSOE y Unidas Podemos acordaron devolver el control de estos vehículos a la Agencia Tributaria, en lo que respecta al requisito de los 100 partícipes y 2,4 millones de euros mínimos para acogerse a su beneficioso régimen fiscal, así como poner un tope al porcentaje de capital que puede tener un solo accionista. Lo que buscan estos dos partidos es acabar con las sicav unipersonales o familiares y con la famosa práctica de los ‘hombres de paja’ o ‘mariachis’.
Como publicó Bolsamanía, un 75% de las sicav locales corre peligro porque no cumplen con los accionistas necesarios para garantizarse el ser colectivas o cumplen con este requisito por la mínima. Si a esto se le añade su cada vez menor inversión en activos españoles (-8,8% de un año a otro, donde su cartera interior de inversiones financieras baja hasta el 15,9%), el camino se le despeja a PSOE y Unidas Podemos. Hay menos excusas donde agarrarse para defenderlas.
LA SICAV TIPO: 11,2 MILLONES
En 2019, se dieron de baja 147 sicav y solo se produjeron tres altas, hasta situarse el número total de sicav en 2.569, según el informe anual de la CNMV. Este descenso se vio reflejado también en el número de accionistas, que retrocedió un 3,8%, hasta alcanzar los 400.359. No obstante, su patrimonio subió un 3,4% por la revalorización de las carteras y el efecto mercado, hasta los 28.793 millones.
De esta forma, el patrimonio medio por sicav se ha incrementado desde los 10,3 millones hasta los 11,2 millones, mientras que el patrimonio medio por accionista lo ha hecho desde los 66.909 euros hasta los 71.917 euros.
La CNMV reconoce un “cierto nivel de incertidumbre” sobre estos vehículos, acerca de sus posibles cambios regulatorios. Desde ese año, se ha reducido el número de sicav en más de un 20%, siendo 2017 el año en que se produjo el mayor descenso, con 406 sicav menos que el ejercicio anterior. Según datos de Inverco, casi 800 sicav habían echado el cierre a finales de 2019 desde que los políticos las asediaron en 2015.
