2021 está siendo el año de los fondos cotizados (ETFs por sus siglas en inglés), con una inversión global que alcanzó a finales de julio 705 mil millones de dólares, muy cerca de los 736 mil millones de dólares que acumularon durante todo 2020, según datos de Morningstar. El ascenso meteórico de estos vehículos pone en jaque a los fondos tradicionales hasta el punto de que "están a punto de desbancarlos en popularidad", según Ramiro Martínez-Pardo, CEO y cofundador de HeyTrade.
Noticia relacionada
Los fondos cotizados del bitcoin calientan motores en EEUU, pero con una peculiaridadLas cifras hablan por sí solas: en el primer semestre de 2021, los ETFs atrajeron una inversión récord, con una entrada de capital neta de unos 661 mil millones de dólares, más del doble que en el mismo periodo del año anterior, según datos de la consultora ETFGI. Asimismo, Morningstar apunta que los activos gestionados por los ETFs basados en índices alcanzaron los 8.660 millones de dólares a finales de junio, tan solo 132.000 millones de dólares por detrás de los fondos de inversión pasivos. "Unos datos que no hacen más que potenciar y avalar el futuro de estos activos", declara Martínez-Pardo.
Varias son las razones que atribuye el experto al auge de los ETFs, instrumentos de inversión híbridos entre los fondos y las acciones que se negocian en los mercados de valores. Explica que se caracterizan por invertir en una cesta de activos (acciones, divisas, bonos, etc.) y porque suelen replicar índices bursátiles, como el FTSE 100 o el S&P 500. Al estar compuestos de múltiples valores, los ETFs "ofrecen una mayor diversificación y se consideran una inversión de menor riesgo respecto a la inversión en una sola acción", añade el CEO de HeyTrade.
Esta es la razón de que estos instrumentos, que cuentan con casi 30 años de historia, se volvieran 'mainstream' en la recesión de 2008, prosigue Martínez-Pardo. Tras la caída de Lehman Brothers, muchos ahorradores se mostraron recelosos ante las estrategias de inversión activa, con comisiones elevadas y una rentabilidad a menudo inferior a la de los fondos indexados de bajo coste creados por Vanguard en los 70. En la década posterior al colapso bursátil, empresas de gestión de inversiones como Blackrock y la misma Vanguard comenzaron a lanzar sus propios ETFs y muchas personas decidieron apostar por esta alternativa de inversión pasiva.
Junto con la diversificación, "la transparencia es uno de sus grandes atractivos y una de las claves que justifican su buena acogida actual", subraya el experto. "La inversión socialmente responsable es una tendencia al alza, y una práctica que debe ir acompañada de una comunicación constante sobre la estrategia de inversión", argumenta. Y "a diferencia de los fondos tradicionales, la mayoría de ETFs publican sus participaciones cada día, lo que permite a las personas que invierten en ellos saber qué activos se están respaldando con su dinero".
En esta línea, las empresas de gestión de inversiones están aumentando su oferta de ETF temáticos, es decir, fondos que invierten en una cesta de valores relacionados con un ámbito concreto, como las energías renovables o la biotecnología. "Esta opción ha seducido a muchos ahorradores reacios al riesgo e interesados en alinear sus valores con sus decisiones de inversión", aclara el también fundador de HeyTrade.
Otro punto que explica la popularidad de los ETF, según prosigue el especialista en la materia, "es que no requieren una inversión mínima y se pueden comprar y vender con facilidad". A diferencia de los fondos de inversión, que solo se pueden negociar cuando los mercados cierran, los ETFs se pueden comprar como una acción individual.
Además de lo anterior, Martínez-Pardo concluye que "el repunte de la renta variable, unos tipos de interés cercanos a cero y un aumento de la liquidez son otros factores que han hecho de los ETFs una alternativa real y asequible a los fondos de inversión tradicionales".