La gestión discrecional de carteras, el servicio de moda que las grandes entidades están empujando entre los inversores de fondos tras la entrada en vigor de MiFID II en 2018, alcanza ya los 76.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento interanual del 10,1%, según la última estadística recopilada por Inverco. La cartera media se sitúa en los 108.000 euros, un 7,7% inferior.
Cuando la patronal de las gestoras comenzó a recopilar estos datos, este servicio suponía un negocio de 69.000 millones e implicaba una cartera media de 117.000 euros, con cifras a cierre de 2018.
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La banca privada, frente a PSOE-Podemos: "Somos necesarios para preservar el patrimonio"En la actualidad, un 93% del patrimonio canalizado a través de este servicio procede de los clientes minoristas, con un volumen de 68.032 millones. Los otros 5.044 millones son mandatos institucionales, sobre todo de inversores institucionales residentes.
La gestión discrecional de carteras mueve 640.000 contratos y más del 39% de sus inversiones se canaliza a través de fondos de terceras gestoras. Este negocio equivale a un 21,2% de la distribución total de fondos en España, y el resto está en el asesoramiento y la comercialización pura.
Las entidades están empujando las carteras discrecionales de fondos porque es fácilmente escalable para miles de clientes -a través de varios perfiles de riesgo predefinidos- y su control está muy centralizado de cara a MiFID II, por lo que se evitan riesgos. Se basa en que el cliente delega la decisión de compra y venta de fondos o valores a un gestor de carteras o gestor patrimonial.