El fondo ultraconservador más famoso carga contra la "peligrosa" moda del 'high yield'

Entrevista a Christian Reiter, gestor del DWS Floating Rate Notes

  • Invierte en bonos flotantes y prevé que los tipos a corto en Europa no suban hasta finales de 2021
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Christian Reiter, gestor del DWS Floating Rate NotesDWS

Moda o, más bien, necesidad. Los tipos bajos están provocando que los gestores de fondos especializados en renta fija huyan en masa hacia los activos que ofrecen un extra de rentabilidad, como es el ‘high yield’. Sin embargo, estas emisiones -más conocidas como bonos ‘basura’ o de alto rendimiento- también entrañan un riesgo más alto. Contra esta tendencia, el gestor del DWS Floating Rate Notes, uno de los fondos ultraconservadores favoritos de los analistas, lanza una advertencia: “En el entorno actual, es un error exponer a los inversores durante un largo periodo de tiempo o con un peso significativo a este tipo de bonos”.

Este fondo, uno de los buques insignia de DWS, está gestionado por Christian Reiter, responsable de un patrimonio próximo a los 7.800 millones de euros, de los cuales más de 1.800 millones están colocados entre los inversores institucionales de España, según VDOS. En una entrevista para Bolsamanía, el gestor de la firma germana asegura que hay una verdadera “obsesión” por mejorar el perfil de rentabilidad de los fondos, especialmente entre los más conservadores, abocados por el BCE a los rendimientos planos o negativos durante unos cuantos años más. Pero en esta carrera por los tipos positivos, no todo vale. O no todo debería valer. “Si en mi fondo tuviera mucho ‘high yield’ y el ‘high yield’ empezara a deteriorarse [por ejemplo, con una mayor tasa de impago], tendría un gran problema, y no es lo que los inversores esperan de mí”, cree Reiter.

En el DWS Floating Rate Notes, los bonos de alto riesgo pueden llegar a suponer un 5% de la cartera como máximo. El gestor considera que se ha creado una bola de nieve sobre el ‘high yield’, y “si un gestor entra en estos activos, crea la necesidad en otros de entrar también”, lo que ha llevado a los expertos a alertar sobre una burbuja en el segmento de la deuda BBB, el escalón de rating que separa la inversión de calidad de la especulativa. Según Reiter, “si un gestor quiere ir al sector del ‘high yield’ con convicción, debería tener un fondo específico”, y no usar un fondo generalista de renta fija, más si es de corte ultraconservador, para llevarlo al borde del precipicio, donde solo vale la máxima de ‘ganar o morir’.

UNA VIDA EXTRA GRACIAS AL ÚLTIMO FAVOR DE DRAGHI

Nacido en 2010, en el momento más duro de la crisis, el fondo de DWS ha cosechado una rentabilidad anualizada del 0,45% durante la última década, según Morningstar. El año pasado tuvo un susto, cuando cayó un -1,4%, pero en 2019 Mario Draghi le ha regalado una vida extra y le ha hecho ‘resucitar’ con un nuevo QE, su último favor a los fondos de renta fija antes de ceder el testigo a Christine Lagarde. En lo que va de año, sube un 0,8%.

Su objetivo de inversión es alcanzar un rendimiento (en euros) similar al del mercado monetario a corto plazo, independientemente de las fluctuaciones de los tipos de interés y las divisas. Su herramienta principal son los bonos flotantes, aquellos con un interés variable. “En 2018, el BCE anunció que quería parar el QE, hacer ‘tapering’ y, si la economía iba bien, empezar a subir tipos. Por eso, desde mitad de año, el ‘spread’ de crédito se amplió” y esto hizo polvo a los fondos de bonos europeos. Pero, en 2019, “hemos visto la recuperación en el mercado”. La economía europea está algo peor de lo previsto y el BCE ha tenido que anunciar nuevas medidas expansivas, entre ellas volver a bajar la facilidad de depósito, hasta el -0,5%, y recuperar el QE. “El mercado ha vuelto a ganar confianza en que hay un soporte y los ‘spreads’ de crédito se han estrechado de nuevo. Por eso el fondo está subiendo cerca de un 1%”, pone en contexto Reiter.

Del mandado de Lagarde, el responsable del DWS Floating Rate Notes prevé que “los tipos europeos de corto plazo posiblemente no experimenten ningún cambio hasta el final de 2021”, aunque “el BCE podría hacer un nuevo recorte en la facilidad de depósito en la próxima mitad del año si hay un fuerte deterioro del mercado o un riesgo real de recesión”. No obstante, reconoce Reiter, “en este momento no tenemos la imagen exacta de qué va a pasar”, aunque “nuestra sensación es que no hemos visto todavía el suelo en la política del BCE”. Ahora toca presionar a los países con más capacidad fiscal, como Alemania, para que desarrollen grandes políticas de estímulo a la economía, algo que Draghi ya empujó en sus últimas comparecencias y que Lagarde ha retomado.

MÁS DE 400 POSICIONES Y ALGO DE ESPAÑA

Según la última ficha del fondo, en septiembre tenía un 90% invertido en renta fija y más de un 8% en efectivo. Por rating, casi dos tercios de las emisiones eran AA ó A, frente a un tercio de BBB, mientras que, por sector, los dos pilares son los bonos financieros y los corporativos, con duraciones promedio en torno a los dos años en el primer caso y de los seis meses al año en el segundo. Aunque, en conjunto, la duración puede llegar hasta los cinco años.

Para aminorar el riesgo de la cartera y proteger a sus inversores, Reiter lleva la diversificación al extremo. Tiene más de 400 posiciones en el fondo. En España tiene inversiones, tanto en emisiones financieras como de crédito, “pero no una sobrerrepresentación importante” sobre el total, puntualiza.

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