Santander y Atitlan han firmado un acuerdo para la creación de Atgro, una plataforma de inversión global dedicada al desarrollo de proyectos agrícolas. La plataforma, que espera dar entrada a inversores para alcanzar un tamaño objetivo superior a 500 millones de euros, arranca con una aportación de 200 millones del banco y de otros 50 millones por parte de la firma.
Los proyectos agrícolas de Atgro estarán gestionados por Elaia, filial de Atitlan para sus inversiones en el sector agrícola y de la que Santander pasa a convertirse también en accionista minoritario a raíz del acuerdo. Aunque no tendrá un rol activo sobre las inversiones, el banco aportará su amplio conocimiento local en diferentes geografías y su fuerza comercial.
Según destacan, esta alianza entre Santander y Atitlan refleja su apuesta a largo plazo por el sector agroalimentario, en pleno proceso de transformación y donde nuevos retos como el cambio climático, la demografía o la evolución de los hábitos de consumo están impulsando el cambio hacia un modelo de producción más escalable y sostenible.
Atgro tiene previsto desarrollar una cartera amplia de cultivos (frutos secos y ‘superfrutas’) y diversificada en geografías (Europa, América, África y Asia).
Para empezar, el proyecto nace con las inversiones productivas que Atitlan ya tenía en pistachos y acaba de completar su primera transacción, que supone la entrada como socio mayoritario en la compañía peruana Ecosac, el segundo exportador de uvas de ese país, con un volumen de negocio en torno a 200 millones de dólares. Adicionalmente, su crecimiento pivotará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y a adquisiciones de activos en producción.
Por otra parte, la plataforma estará abierta a inversores institucionales y profesionales, dado el gran interés existente por este tipo de activos de alto impacto económico y social, y a su vez con muy baja correlación respecto a otros productos financieros tradicionales.
La intención es que esta plataforma financiera sea clasificada en el artículo 8 bajo la normativa de sostenibilidad financiera con un compromiso para promover iniciativas medioambientales en la cartera de inversión.