Las bolsas han empezado 2023 muy alcistas, y la pregunta que ahora se hacen todos los inversores es si el optimismo del mercado resistirá la prueba de la realidad que va a vivir a lo largo del año. Y es que se espera que la inflación siga aún en cotas altas y que los bancos centrales eleven aún más los tipos para contener el alza de los precios intentando, a la vez, que la economía no entre a la recesión. El problema es que se esperaban ya recortes de tipos este año, pero puede que no lleguen y eso traerá más de una "decepción".
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JP Morgan avisa: el rally de la bolsa está a punto de acabar, es mejor vender ahoraAsí lo cree Björn Jesch, director global de inversiones de DWS. "El riesgo de decepciones es bastante alto. No esperamos que la Fed recorte los tipos de interés oficiales en 2023", dice en el 'market outlook' de la gestora para el mes de febrero.
Y Philipp Schweneke, codirector de renta variable europea, se pronuncia en los mismos términos. "Las primeras semanas de este año han sido de color de rosa, con subidas de precios generalizadas". Sin embargo, apunta, "las posibilidades de que el repunte continúe a este ritmo a lo largo del año son más bien escasas".
Como recuerda Schweneke, "un buen comienzo de año para la renta variable no dice nada sobre su evolución posterior", por lo que en DWS son cautelosos sobre las bolsas, "principalmente a las perspectivas de los beneficios empresariales".
Sobre todo porque los márgenes de beneficio ya alcanzaron máximos históricos en 2022. "Muchas empresas consiguieron aumentar sus márgenes a pesar de la mayor inflación porque pudieron repercutir el aumento de los precios", y "es poco probable que esto vuelva a ocurrir en 2023, por lo que los beneficios empresariales probablemente flaqueen", apunta Schweneke.
Hay que ser prudentes con las 'blue chips', pero la situación "es mucho mejor para las empresas de pequeña y mediana capitalización, especialmente las europeas", remarca este experto. En concreto, cree que deberían verse impulsadas por una ponderación sectorial menos defensiva, un crecimiento de los beneficios superior a la media y una posible recuperación de las valoraciones.
"En épocas de mayor inflación, las empresas de pequeña y mediana capitalización tienden a estar mejor posicionadas y suelen centrarse más en los mercados nacionales. Por eso se benefician más del crecimiento nominal", destaca Schweneke. Además, apunta, registran mejores ratios de endeudamiento que en el pasado, en comparación con las 'blue chips', por lo que "se ven menos lastradas por unos tipos de interés más altos".
Además de las mid-cap, desde DWS aconsejan también prestar especial atención a los mercados emergentes asiáticos. "Gracias a la reactivación económica de China, las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes asiáticos han mejorado sustancialmente", afirma Jesch, que augura que en los dos próximos años podríamos ver que los beneficios empresariales "crecen allí el doble de rápido que en el resto del mundo".
"A pesar de su destacable recuperación en los últimos meses, la renta variable de los mercados emergentes continua siendo atractiva", concluye el director global de inversiones de la gestora.