Las inversiones de petróleo que Azvalor tiene en sus fondos internacionales pierden de media un 50% y, en algunos casos, las pérdidas superan el 80%. Sin embargo, la gestora de Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad lanza un órdago al mercado: “El potencial de nuestra cartera es el mayor en 23 años”, con el oro, el uranio y los tanqueros en el principio de una escalada.
En apenas un mes, entre el 19 de febrero y el 23 de marzo, el S&P500 cayó un 34%, marcando un mínimo en el nivel que alcanzó en noviembre de 2016. En ese breve periodo de tiempo, cuando el brote de Covid-19 se expandió por Europa y Estados Unidos, se eliminaron casi cuatro años de rentabilidad del selectivo americano.
A pesar de las fuertes pérdidas en lo que llevamos de año, los gestores de Azvalor siguen confiando en su estrategia, muy volcada con las materias primas y la energía. De hecho, en su carta trimestral reiteran una vez más que el petróleo y la industria asociada son “el mejor activo para los próximos diez años”, así como que “en oro, uranio y tanqueros, nos encontramos en el principio de una escalada que marca un nuevo tiempo”.
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Azvalor se da un batacazo con Diamond Offshore y su reestructuración de deudaLa boutique puntualiza que las materias primas no son una categoría uniforme, y que “el denominador común que las une, que es lo más importante, es un precio de partida muy atractivo”. A diferencia de sus inversiones de petróleo, sus inversiones en empresas mineras de cobre y uranio están a niveles parecidos a los de hace un año, y las mineras de oro se han comportado “mucho mejor” que el mercado, con ganancias de entre el 40% y el 100% en el último año.
Tal es la confianza, que el potencial de su fondo internacional se eleva hasta el 155%, mientras que el recorrido del fondo ibérico podría ser del 130%, según sus propias estimaciones. En la primera de las carteras, se trata del mayor potencial de revalorización en los últimos 23 años. “Esto no quiere decir que sea el momento donde más barata ha estado nuestra cartera en términos absolutos, sino donde más potencial tiene frente a otras alternativas”, apuntan.
“En 1998 o en 2008, quizás estaba tan barata o más que ahora, pero en 1998 había muchas alternativas muy baratas (compañías de la vieja economía) y los bonos aún ofrecían rentabilidad real positiva, y en 2008 casi todo el mercado de acciones estaba barato. Ahora, los bonos están muy caros, el sector inmobiliario por lo general tampoco está barato y los grandes índices de acciones siguen, tras el rebote de abril, en niveles de valoración poco atractivos”, ponen en contexto desde Azvalor. Sus gestores consideran que, “aunque estamos empezando a encontrar alguna oportunidad puntual fuera de los índices en compañías más tradicionales (no productores de materias primas), nos parece que los niveles de infravaloración no son por lo general tan atractivos aún”.