MFS IM anticipa "un entorno de menores rentabilidades" para las bolsas

Apuesta por el potencial de las acciones no estadounidenses

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Las principales bolsas mundiales viven un año de ganancias que puede tener las horas contadas, como apuntan los analistas de MFS Investment Management, quienes anticipan "un entorno de menores rentabilidades para la renta variable de cara al futuro" a raíz del contexto internacional, dominado por "la elevada inflación y el giro radical de la política monetaria, junto con unas valoraciones elevadas y unos márgenes en cotas altas".

Esta situación "resulta especialmente evidente" en Estados Unidos, donde "las valoraciones se mantienen muy por encima de sus medias a largo plazo y los márgenes de beneficios siguen estando en niveles elevados pese a la perspectiva de unos mayores costes de la mano de obra y de los materiales y a una ralentización del crecimiento mundial".

Sin embargo, este contexto no está exento de oportunidades de inversión, que los analistas de la firma encuentran principalmente fuera del mercado estadounidense, donde las altas valoraciones siguen representando una amenaza para los inversores.

"Las valoraciones de la renta variable no estadounidense ofrecen potencialmente a los inversores una oportunidad de compra que no se observaba desde hace décadas, al ser casi dos desviaciones típicas más baratas con respecto a la renta variable estadounidense", aseguran.

Además, si sus previsiones se cumplen, los inversores deberán adaptar sus estrategias, ya que "en un mundo de menores rentabilidades, la importancia de la beta disminuye y la relevancia del alpha aumenta".

"En un entorno así, el hecho de poder identificar a las empresas que albergan el potencial de impulsar los precios de sus acciones a través del crecimiento de los beneficios, las valoraciones y los dividendos permite brindar a los inversores la oportunidad de poder maximizar sus rentabilidades a largo plazo", explican.

Estas empresas de mayor potencial "probablemente se encuentren repartidas por todo el mundo", por lo que una apuesta que ponga el foco en un factor regional específico podría "no resultar sensata". En general, consideran que "un enfoque más lógico podría consistir en buscar negocios de calidad en todo el mundo, es decir, efectuar una asignación tanto a renta variable estadounidense como a renta variable no estadounidense".

"Desde una perspectiva histórica, la mayor parte de las acciones más rentables a escala mundial pertenecen a empresas cotizadas fuera de Estados Unidos", destacan.

Sin embargo, a lo largo de la última década "las empresas estadounidenses han superado a sus homólogas no estadounidenses en dos de los catalizadores de la apreciación de los precios: beneficios y valoración", aunque los analistas advierten de que este patrón no es necesariamente extrapolable al contexto actual.

En este sentido, ven "más juicioso reflexionar sobre las valoraciones y los beneficios de cara al próximo decenio", ante lo que ponen el foco en el comportamiento futuro de la política monetaria global.

"Los bancos centrales han puesto fin a la era del dinero gratis y, si los tipos de interés continúan en niveles elevados, lo que probablemente catapultará los múltiplos de la renta variable hasta niveles más cercanos a sus medias a largo plazo. En este entorno, cabe prever una escasa (o nula) apreciación de los precios a partir de la expansión de los múltiplos", aseguran.

Por lo tanto, ven "probable" un descenso de los múltiplos, especialmente en aquellos casos en los que "se mantienen en cotas elevadas en comparación con las medias a largo plazo, como sucede con las acciones estadounidenses y, en particular, con las acciones de crecimiento estadounidenses".

LAS FUTURAS TENDENCIAS

En lo que respecta a los beneficios, "el último decenio resultó desproporcionadamente favorable para la renta variable estadounidense", al tiempo que "la pandemia mundial aceleró aún más los ingresos y los beneficios de las compañías tecnológicas, ubicadas principalmente en Estados Unidos".

No obstante, el entorno actual es "bastante diferente", en vista de que "un mayor subconjunto de sectores e industrias podrían beneficiarse de las futuras tendencias".

"Este hecho se suma a la posibilidad de que se materialice un entorno de bajas rentabilidades, por lo que los inversores podrían cosechar resultados favorables si se centran en el poder de fijación de precios y en la estabilidad de los márgenes que solemos observar en las empresas de calidad, con independencia de dónde estén domiciliadas", valoran.

De cara al futuro, consideran que la tecnología y la inteligencia artificial seguirán cobrando protagonismo, aunque "las futuras tendencias también beneficiarán a buen seguro a un conjunto más vasto de sectores e industrias y no solo a las compañías tecnológicas del último decenio". Muchas de las empresas de esas otras industrias "están domiciliadas fuera de Estados Unidos".

Entre las futuras tendencias que marcarán la evolución de los mercados se incluyen "un mayor gasto de capital, la transición energética y la descarbonización, así como la relocalización y la localización de las cadenas de suministro, por nombrar solo unas cuantas".

"La falta de gasto de capital y de gasto en infraestructuras se está empezando a abordar, lo que debería redundar en beneficio de distintos sectores e industrias más allá del ámbito tecnológico a los que se dio la espalda durante el anterior decenio", concluyen.

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