Italia está en una encrucijada. La mayoría de analistas y gestores mira hacia su dura negociación de los presupuestos con Bruselas y apuntan hacia unas posibles elecciones generales en 2019. Sin embargo, algunas firmas van un paso más allá, como Candriam. Según sus gestores, el estancamiento a largo plazo del país puede ser profundo, y prevén un crecimiento medio anual del PIB de únicamente el 0,2% en los próximos diez años.
“La batalla de Italia no es tanto el presupuesto, sino los drivers de largo plazo, que son preocupantes”, afirma Florence Pisani, directora global de Análisis Económico de Candriam. Varios economistas y gestores de la firma estuvieron en Madrid hace unos días para dar su visión de mercado a los clientes de la gestora, conocida aún por algunos como ‘la antigua Dexia’.
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Candriam, la antigua Dexia, nombra a Elena Guanter directora de Iberia y LatamPor ahora, el Gobierno transalpino ha logrado que el Senado apruebe unos presupuestos que cumplen con el déficit del 2% del PIB pactado con la Comisión Europea y descarta algunas de las medidas más duras propuestas por la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas. La Comisión aceptó la semana pasada un pacto de mínimos para evitar el choque con Roma, que ha rebajado su objetivo de déficit del 2,4% al 2,04%.
No obstante, el problema que arrastra Italia desde el año 1999 es la cada vez menor productividad de su economía. En la actualidad, la productividad alemana y francesa están a la par y la española, algo por debajo, aunque la brecha que registra frente a las anteriores es considerablemente menor que la italiana. De hecho, mientras la productividad de España ha ido en aumento desde el inicio de la crisis, la de Italia se ha quedado estancada desde 2012, explican los expertos de Candriam. Y pasa tanto en el sector industrial (sin construcción) como en el de servicios (sin inmobiliario ni administraciones públicas).
Lo que está en juego es que Italia, dentro de una década, tenga una economía prácticamente con el mismo tamaño que hoy, mientras que el resto de países habrán avanzado a ritmos más rápidos, lo que acentuaría aún más la debacle del país transalpino y su alejamiento de los países más pujantes.
Además, “una continua erosión en el precio de la deuda pública de Italia podría debilitar aún más la posición de los bancos italianos”, recuerda Candriam. La mediana de la ratio de capital tier 1 -la principal medida de fortaleza financiera usada por el regulador bancario- de los bancos italianos para un escenario adverso en 2020, según los recientes test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), es del 8,4%, frente al 8,9% en España, el 9,4% en Francia o el 9,7% en Alemania.
NO ES MOMENTO DE ESTAR EN LIQUIDEZ
El presupuesto italiano es junto al desenlace del Brexit, la guerra comercial o una volatilidad más alta una de las incertidumbres geopolíticas que marcarán el 2019 para los inversores. Según la gestora, habrá “un crecimiento más lento, pero positivo”, con una inflación que seguirá aumentando gradualmente y un endurecimiento de las políticas monetarias moderado.
“Volatilidades más altas y retornos más bajos que en la década pasada no significa que sea momento de ponerse en liquidez”, defiende Candriam. Su estrategia de inversión para el año que está a punto de comenzar aún detecta nichos de valor y apunta hacia la renta variable, con acciones de la zona euro, Estados Unidos y los países emergentes, y hacia algunos activos muy concretos de la renta fija, como los bonos ligados a la inflación y los bonos emergentes.