Las gestoras europeas piden apoyo para que los minoristas inviertan más en fondos

Los minoristas son dueños de un 24% de los activos, mientras que aseguradoras y pensiones tienen un 42%

  • Patronal y supervisores están de acuerdo en flexibilizar MiFID II, salvo en el punto de los incentivos
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Business meetingAmy Hirschi, Unsplash

Las gestoras europeas, a través de su patronal Efama, piden apoyo para que los minoristas inviertan más en fondos. Según su célebre ‘Fact Book’ de 2020, los inversores institucionales le están comiendo el terreno a los minoristas en la propiedad de los fondos de forma continua. En la última década, estos últimos han pasado de tener un 29,4% de los activos de los fondos del continente a solo un 23,8%, una realidad que choca con el prolongado entorno de tipos al 0%.

“Se deberían hacer todos los esfuerzos posibles para incrementar la participación de los inversores minoristas en los mercados de capitales, incluso a nivel nacional”, ha solicitado Tanguy van de Werve, director general de Efama, tanto a la Unión Europa como a sus países miembros. La persistente baja demanda de fondos de inversión por parte de los minoristas continúa siendo una preocupación para las instituciones europeas en vista del entorno de tipos de interés bajos a largo plazo, que empequeñece el poder adquisitivo de los ahorradores, y la preocupante brecha de ahorro para la jubilación en la mayoría de los Estados.

Los inversores institucionales son, de lejos, los mayores dueños de los fondos. Las compañías aseguradoras y los fondos de pensiones han ganado mucho protagonismo en la industria desde 2009. En ese momento, su peso como clientes era del 37,6%, mientras que en 2019 ascendía al 41,8%. Por su parte, otro 24,8% de los activos de los fondos pertenece a otros intermediarios financieros.

Con este mensaje de SOS, las gestoras no solo muestran preocupación por el devenir financiero de los ciudadanos, también buscan estabilizar su mercado en un entorno de elevada incertidumbre por el Covid-19. En los corrillos del sector siempre existe el recelo hacia los inversores institucionales. Todos los fondos aspiran a ellos por el gran volumen de negocio que traen, pero los gestores saben que son clientes muy especiales: tardan mucho en suscribir porque sus ‘due diligences’ son muy minuciosas, pero a la mínima de cambio, cuando el mercado se vuelve loco, salen disparados. En cambio, los inversores minoristas, como demuestran los estudios, muestran a su fondo una fidelidad mucho más férrea.

Las suscripciones netas a los fondos europeos rebotaron en 2019 hasta los 542.000 millones de euros, más del doble que en 2018, cuando cayeron a niveles de 258.000 millones en un año marcado por el rojo, el peor desde la quiebra de Lehman Brothers. De ese nuevo flujo de dinero, un 72% fue a parar a los fondos UCITS, conocidos comúnmente como los armonizados, y el otro 28% a los fondos alternativos bajo la directiva AIFMD. Sin embargo, en 2020 los cimientos de las gestoras han vuelto a tambalearse con la crisis del coronavirus.

FLEXIBILIZAR MIFID II

Hace poco más de un mes, Efama pidió formalmente a Europa que flexibilice algunos de los puntos más relevantes de la normativa financiera MiFID II para salvar el negocio. Uno de sus reclamos es acabar con la alerta obligatoria cuando una cartera se deprecia un 10%. También aspiran a que los fondos alternativos sean considerados como no complejos y se vendan mediante ejecución en las entidades comercializadoras. En líneas generales, los supervisores locales, como la CNMV, están de acuerdo con las reivindicaciones de las gestoras. Salvo en un punto: los incentivos.

La patronal europea no está de acuerdo con una prohibición total de los incentivos o retrocesiones -parte de la comisión de gestión que la gestora cede al distribuidor por vender sus fondos-, ya que “tendría consecuencias sustanciales y de gran alcance en términos de acceso general al asesoramiento sobre inversiones para todos los ciudadanos europeos”. Pero los supervisores se le han puesto de frente en este aspecto. Sin ir más lejos, la CNMV ve con buenos ojos la prohibición de retrocesiones en todos los productos minoristas, incluidos los unit linked, lo que implicaría hacer la norma más dura si cabe a este respecto.

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