La crisis del coronavirus ha dejado importantes lecciones a los inversores. La diversificación de carteras no siempre funciona y, por eso, los fondos mixtos deben ser verdaderamente flexibles para hacer de abanderados y sobrevivir en todo tipo de entornos de mercado, al tiempo que el ‘value investing’, tan de moda en España en los últimos años, ha entrado en una fase de decadencia que difícilmente logrará revertir a corto plazo. Estos y otros temas han sido analizados por varios gestores de patrimonios en un debate organizado por Crédit Mutuel Investment Managers y Bolsamanía. Si la recuperación post-Covid muestra ya algún síntoma concreto, es que los inversores pueden encontrarse ante un periodo "bastante alcista" de las bolsas gracias al apoyo de los gobiernos y bancos centrales.
Para hacer crecer su dinero, los inversores deben primero preservar su patrimonio. “Parece obvio, pero no lo es tanto”. La política monetaria de los bancos centrales con los tipos persistentemente bajos para paliar la gran crisis financiera de 2008 ha conllevado a que muchos ahorradores pasen a ser inversores y, también, a que estos segundos aumenten su perfil de riesgo sin comprender del todo las consecuencias que tiene. “La gente olvida que, para recuperar un 10%, no hay que subir un 10%, sino mucho más”, recuerda David Córdoba, director de Ventas de Crédit Mutuel Investment Managers. “Nuestro trabajo, si ya era complicado antes, lo va a ser más a partir de ahora porque el modelo es muy incierto y todo el mundo busca visibilidad en las compañías en las que invierte”, sostiene el directivo. Y para encontrar esa visibilidad, hay que comprar cotizaciones más caras: “El ‘spread’ de las buenas empresas va a seguir aumentando respecto a las empresas malas, pero hay que vivir con ello”.
Los mercados financieros también entran en una “nueva normalidad” en la que “los clásicos fondos mixtos al 50/50 de renta variable y renta fija ya no funcionan”, advierte Jorge Martret, director de Inversiones de Norz Patrimonia. Esta empresa de asesoramiento financiero, que hace asignación de activos con opciones, cree que “hay muchas fuentes de retorno que se tienen que tocar”.
“Como selectores de fondos, no nos sirve que en un comité semanal las gestoras decidan que la renta variable va a bajar un 5% en su estrategia central. Nos sirve, por ejemplo, que en su fondo multiactivo estrella metan una put sobre el S&P 500 y la deshagan en el mismo día si hace falta. Eso es verdadera flexibilidad”, afirma Andrés Vázquez, gestor de patrimonios en Bankinter. “Nosotros no podemos proteger una cartera de fondos con tanta flexibilidad, así que tenemos que buscar a los gestores que sí lo hacen con sus fondos”, añade.
Los tiempos cambian y cada vez lo hacen más deprisa. “Lo que antes sucedía en un año, ahora sucede en un mes”, pone en contexto Alberto Loza, senior manager y responsable de Relaciones Institucionales de Norwealth. “Tienes que tener la cartera preparada para los malos momentos de antemano, porque luego no se te abren ventanas. En el caso de los fondos mixtos, tienen que tener vocación de protección patrimonial enfocada a los distintos escenarios, casi de ‘total return’. La correlación entre los activos puntualmente es muy alta, aunque a largo plazo sí se descorrelacionan”, considera el gestor.
Noticia relacionada
Ofensiva de Crédit Mutuel para vender fondos en España tras el fiasco del PopularTodos coinciden en que, desde que Donald Trump comenzara a gobernar Estados Unidos en 2017, el entorno de mercado se ha vuelto muy cambiante y muy pocos fondos del sector son verdaderamente flexibles ante tales cambios. “Los fondos perfilados”, el producto estrella de la banca desde hace un lustro, “tampoco han respondido bien por tener unas horquillas de movimiento muy estrictas”, según Córdoba, de Crédit Mutuel Investment Managers, y la gran mayoría de ellos pierde dinero. Los profesionales que asesoran y gestionan carteras de clientes demandan fondos que puedan moverse con libertad en renta variable, del 0% al 100%, incluso que se pongan cortos si la situación es adversa y lo precisa, dándole así al gestor un mandato de ‘asset allocation’ que pueda aprovechar ampliamente para invertir en bolsa, bonos, derivados, activos alternativos o ponerse en liquidez. Un buen ejemplo, según apuntan, es el fondo BL-Global Flexible, con cinco estrellas Morningstar. Gestionado por Guy Wagner, este año sube un 1,2% a pesar de la pandemia.
LA MUERTE DEL ‘VALUE’
La asignación de activos se antoja de vital importancia en los nuevos tiempos que corren post-Covid. “En España, tenemos un exceso de inversores Warren Buffett que se preocupan mucho de la selección de compañías y se olvidan completamente del proceso de construcción de carteras, y luego pasa lo que pasa”, critica Martret, consciente de que “la construcción de carteras es el 70% o el 80% de la rentabilidad” que consigue un inversor.
El estilo ‘growth’ ha vapuleado al ‘value’ en la última década y, aunque son diversas las voces que alertan de que el mercado se está dando la vuelta a favor del segundo estilo, los gestores participantes en el debate no creen en esa teoría. Según Loza, “a largo plazo, solo se puede ganar dinero en la renta variable, pero en el ‘quality growth’”, que es “el campeón de esta crisis”. “Aunque estas compañías llevan años por encima, hay razones para ello y van a seguir así. Son sectores con visibilidad y resultados predecibles”, ligados a la nueva economía, como ocurre con las tecnológicas de Wall Street.
El estilo 'quality growth' es el campeón de esta crisis
“El ‘value’ ha muerto, entendido por empresas tradicionales que están baratas. Hay que apostar por el ‘growth’ puro y duro”. Así de rotundo se muestra Vázquez. Martret apuntala este toque de atención: “Como todo el mundo ahora hace ‘value’, el ‘value’ de verdad se ha quedado lo malo”, y eso es lo que está lastrando a muchos gestores especializados en este estilo de inversión.
El viento sopla a favor de la renta variable porque los gobiernos y los bancos centrales se han alineado en sus respectivos paquetes de ayuda. “Ya no se va a apoyar a los bancos ni a la deuda pública”, como ocurrió en la crisis anterior, “sino a las empresas”, aunque esto “va a aumentar la brecha entre economía real y economía financiera”, prevé Vázquez. El gestor, positivo en sectores como las nuevas energías o la tecnología, augura que “va a ser irreal los precios que vamos a ver en la renta variable en los próximos meses o años”.
EL DILEMA DE LA RENTA FIJA
Para lo que resta de ejercicio, la otra gran preocupación es la renta fija. “A corto plazo, no nos da miedo con todos los apoyos que tiene”, confía Loza. En su firma, están sustituyendo como colchón de las carteras los bonos americanos a diez años por otros activos como bonos garantizados, cédulas hipotecarias, bonos municipales o crédito aprovechando en este caso el paraguas del BCE. “Es lo único que te puede proteger en estas circunstancias”. Por su parte, Vázquez mira hacia la deuda emergente, el ‘high yield’ y los bonos convertibles, en su opinión lo único salvable dentro de la renta fija.
En Crédit Mutuel Investment Managers, sus fondos tienen un sesgo ‘quality’ en renta variable y, en renta fija, “aunque nos cuesta dinero, tenemos bonos alemanes como refugio”, detalla Córdoba, su responsable en España. También han montado posiciones en torno al oro físico y las minas de oro, “una especie de ‘proxy’ al fondo de oro físico aunque con movimientos mucho más amplios”. Respecto a esta última subestrategia, aclara que, “puntualmente puede no descorrelacionar con la renta variable, pero a la larga es el único activo refugio de verdad”.