Schroders, Groupama, Edmond de Rothschild, Degroof Petercam o Lazard son algunas de las muchas gestoras internacionales que han activado en estas semanas sus protocolos de ‘swing pricing’ para proteger a los partícipes que mantienen sus fondos ante el riesgo de dilución. Este mecanismo se pone en funcionamiento a causa de la alta volatilidad en los mercados provocada por la crisis del Covid-19. Pero, ¿en qué consiste realmente?
La dilución es el impacto que las suscripciones o los reembolsos pueden tener cuando se valora un fondo, esto es, la diferencia entre el valor liquidativo al que se contrata o desinvierte un fondo por parte del partícipe y el precio de mercado al que el gestor tiene que comprar o vender los activos subyacentes del fondo para poder atender la petición del partícipe. La diferencia a veces puede ser elevada dependiendo de la liquidez del mercado y el estrés o volatilidad al que esté sometido, y es asumida por todos los partícipes que están dentro del fondo. La consecuencia directa es que la rentabilidad neta del fondo cae.
Para solventar esta problemática, existe la técnica del ‘swing pricing’, que tiene como fin reducir para los partícipes del fondo el coste de reorganizar la cartera cuando hay entradas o salidas de dinero. Así, el valor liquidativo se ajusta al alza o a la baja en función de si la variación de pasivos es positiva o negativa. El supervisor financiero de Reino Unido aprobó este mecanismo en 2001, en Luxemburgo existe desde 2006 y a Francia llegó en 2014.
El pasado febrero, en la presentación de su plan de actividades para 2020, la CNMV avanzó que iba a abordar en una guía técnica sobre la gestión y control de la liquidez en las instituciones de inversión colectiva (IIC) “temas de debate a nivel internacional que conviene expandir” como el ‘swing pricing’, “una de las técnicas para asegurar que las tensiones de liquidez se resuelven de un modo más fluido”. Según un directivo de una entidad financiera independiente, la CNMV está llamando a las gestoras para preguntar qué medidas de liquidez se van a tomar al respecto del Covid-19, y este mismo directivo cree que se extenderá la práctica del ‘swing pricing’ en los fondos españoles.
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Por el momento, han sido los fondos internacionales quienes han dado el paso, en su mayoría para las categorías de renta fija global y ‘high yield’ y, en menor medida, para las ‘small caps’. Bolsamanía ha tenido constancia de que una decena de gestoras ya lo ha comunicado: Schroders, Groupama, Edmond de Rothschild, Degroof Petercam, Vontobel, La Française o BlueBay.
Según Patricia Justo, directora de Selección de Fondos en A&G Banca Privada, “casi todas las gestoras internacionales lo están aplicando, aunque no tienen por qué avisar”. No siempre es posible saber cuándo los flujos de entrada o salida han superado el umbral de activación preestablecido para el ‘swing price’ o a partir de cuándo se va a tocar el valor liquidativo del fondo, porque sino “podría haber arbitraje entre los partícipes”, explica Justo.
CLÁSICOS Y MODERNOS DEL ‘SWING PRICING’
Desde que la crisis del coronavirus empeorara drásticamente y el mercado se estresara, fondos como el Schroder Global Bond o el Groupama Avenir Euro ya han activado sus protocolos de ‘swing pricing’. Incluso, fondos que acaban de ser lanzados y que tienen una estructura y un vencimiento cerrado ya incluyen la posibilidad del ‘swing price’, caso del U ACCESS Emerging Markets Frontier Bond 2022, de UBP Asset Management, o del Lazard Sustainable Credit 2025.
Un selector de un banco privado andorrano rememora que el M&G Optimal Income fue de los primeros fondos en usar este mecanismo, cuando la crisis de deuda de la eurozona, o que “Threadneedle era un clásico para eso”. Todo hace indicar que los fondos españoles serán los siguientes.
