Fidelity ha anunciado cuáles serán sus prioridades estratégicas en materia de inversión sostenible en 2023. Como ha quedado de manifiesto con varios sucesos recientes en la escena internacional como la pandemia, la crisis energética o los graves efectos de los riesgos climáticos para el medio ambiente y la sociedad, la inversión sostenible es una de las tendencias disruptivas más importante del sector y ha ocupado un lugar destacado en la agenda pública. Este hecho, sumado a un refuerzo de la regulación en el ámbito ESG (siglas en inglés de "medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo") en diferentes mercados, apunta a que la inversión sostenible está generalizándose en todo el mundo.
Fidelity se ha comprometido con la inversión sostenible y se ha fijado una meta claramente definida para conseguir la neutralidad en emisiones en toda la empresa en 2030 y en sus inversiones en 2050. En la base del enfoque de la inversión sostenible de Fidelity se encuentran la integración de los factores ESG asentada en análisis y estudios fundamentales y un programa de propiedad activa a través del cual Fidelity trata de conseguir resultados sostenibles en alianza con las empresas en las que invierte.
A lo largo de los años, Fidelity ha lanzado un conjunto de políticas y hojas de ruta específicas, como una política de inversión en torno al cambio climático, un marco sobre deforestación y una puesta al día de sus políticas y directrices en materia de voto. También ha suscrito importantes iniciativas relacionadas con el cambio climático y la biodiversidad, y apoya activamente los grupos de trabajo centrados en la regulación del sector.
Fidelity se esfuerza continuamente por traducir su estrategia en acciones y este año va a centrarse en tres grandes prioridades en materia de sostenibilidad:
1. Propiedad activa
A medida que las empresas desarrollan sus negocios, el abanico de factores no financieros que influyen en el valor financiero no deja de aumentar y constituye un factor de éxito determinante. Como gestora activa de inversiones, nuestra función es ayudar a las participadas a prever, prepararse y adaptarse a las disrupciones y los cambios en las condiciones del mercado con el fin de conseguir un crecimiento sólido y sostenible a largo plazo. Para ello, seguimos evolucionando nuestro enfoque de la propiedad activa en 2023 mediante un conjunto de estrategias interconectadas para influir y tratar de conseguir esos mejores resultados financieros, medioambientales y sociales a largo plazo que son esenciales para el futuro de nuestros clientes.
2. Capital natural
La pérdida de biodiversidad no tiene precedentes y está acelerándose. Durante los últimos 50 años, las poblaciones mundiales de vida salvaje se han reducido un 68%5 y eso está planteando una grave amenaza para la prosperidad económica y las cadenas de suministro en todo el mundo. Este fenómeno se ve agravado por sus estrechos vínculos con el cambio climático, que es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad, pero la destrucción de los ecosistemas socava la capacidad de la naturaleza para regular las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger frente a la meteorología extrema, lo que acelera el cambio climático. Los marcos regulatorios, como la Taxonomía de la UE o el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con la Naturaleza (TNFD), están ayudando a abordar algunos de estos problemas. Fidelity ha suscrito el Finance for Biodiversity Pledge (FfB) y es miembro de la Natural Capital Investment Alliance (NCIA).
3. Transición justa
Nuestro objetivo es descarbonizar colectivamente sectores clave de la economía, pero no debemos olvidar las implicaciones sociales de dicha transición y sus repercusiones en el mercado laboral y la población activa. De hecho, los esfuerzos colectivos por descarbonizar no deberían dar de lado, ni económica ni socialmente, a determinados grupos de personas o comunidades cuyos medios de subsistencia dependen de los combustibles fósiles o las industrias con altas emisiones de carbono. Cuando dialogamos con las empresas sobre el cambio climático y llevamos a cabo nuestra propia estrategia de descarbonización, integramos explícitamente el principio de "transición justa" e instamos a las empresas a considerar las implicaciones sociales de su enfoque de la descarbonización. Esa "transición justa" también constituye un aspecto clave del diálogo temático de Fidelity sobre el carbón térmico, donde la inclusividad y las repercusiones para la seguridad energética están integradas en los objetivos.
Jenn-Hui Tan, responsable mundial de Supervisión e Inversión Sostenible de Fidelity International, ha comentado que "2023 va a ser un año crucial para la inversión sostenible en el que concentraremos nuestros esfuerzos en asignar el capital de forma sostenible y ayudar a las empresas con su transición ecológica. Estamos entrando en una nueva fase de la inversión sostenible que refleja tanto la mayor disponibilidad de datos como un enfoque más maduro a la hora de integrar los factores ESG, un enfoque que reconoce la necesidad de alcanzar un equilibrio entre las decisiones a corto plazo que se necesitan para seguir desarrollando la actividad empresarial y las necesidades a largo plazo de los clientes, los empleados y la sociedad. Las nuevas regulaciones que se esperan para este año también contribuirán a armonizar los marcos de sostenibilidad y divulgación, y animarán a las empresas a seguir avanzado en su transición".
"Nuestras tres prioridades - propiedad activa, capital natural y transición justa - ayudarán a impulsar la agenda de sostenibilidad de Fidelity y crearán valor a largo plazo para nuestros clientes, además de acelerar la transición hacia una economía con menos emisiones y más inclusiva", ha concluido.