La firma de inversión Edmond de Rothschild AM ha publicado sus perspectivas del segundo semestre de 2022, un documento en el que aseguran creer que estamos en un buen momento en el mercado, ya que “las oportunidades están apareciendo” y pronto “llegará el momento de aprovecharlas” tanto en los mercados de renta fija como en los mercados de renta variable. "Por el momento, seguimos posicionados con cautela, pero estamos atentos para reforzar la exposición. Hay numerosas oportunidades en la deuda de países emergentes y high yield, así como en la renta variable", afirman.
En este contexto, impulsados por la guerra de Ucrania y sus consecuencias, el fondo francés indica que la presión inflacionista adicional en medio de una fuerte demanda “no ha hecho más que acentuar el hecho de que algunos bancos centrales están muy atrasados en sus políticas”: “Querían esperar a que volviera el pleno empleo antes de plantearse cualquier endurecimiento monetario”.
Así, apuntan que los mensajes de los bancos centrales han cambiado considerablemente ya que, actualmente, los inversores esperan que el BCE suba los tipos 280 puntos básicos en 18 meses y la Fed, unos 230 puntos básicos. “Esto supondría un ritmo impresionantemente rápido, por lo que los inversores han reaccionado de forma tan brutal en el segundo trimestre y, por primera vez en décadas, ninguna clase de activos -incluidos los fondos monetarios- ha conseguido obtener beneficios positivos en lo que va de año”, subrayan.
En este sentido, los expertos de Edmond de Rothschild creen que los próximos meses determinarán los niveles de tipos de interés que los mercados deberían esperar del endurecimiento monetario. Entre tanto, la volatilidad seguirá imperando en los mercados. “Si la inflación empezara a caer rápidamente, sería más fácil para los inversores trazar el ciclo de subidas de tipos y esperar a ver cómo se comporta la inflación”, agregan, en lo que señalan como un “escenario favorable para los inversores”: “Podrían esperar que los bancos centrales fueran capaces de limitar el riesgo de que las economías entren en recesión”. “De no ser así, los actuales niveles de inflación y los indicios de que las expectativas de inflación de los hogares se están desanclando, podrían hacer que los mercados descuenten más subidas de tipos”, añaden.
Sin embargo, también señalan que es posible un escenario en el que los bancos centrales dejen de endurecer los tipos a mitad de camino para “evitar una versión más moderada” de la recesión vivida en los años 70, un paralelismo constantemente trazado con la situación actual. “Hoy en día, los bancos centrales tienen más facilidad para lanzar mensajes más agresivos debido a las persistentes tensiones del mercado laboral. Pero, ¿podrán evitar una flexibilización excesiva cuando sus economías se desplomen?, ¿qué tasa de desempleo permitiría a la inflación estadounidense volver a su objetivo?”, se cuestionan.
¿DE LA INFLACIÓN A LA DEFLACIÓN?
Edmond de Rothschild señala que, dada la cantidad de deuda que se ha acumulado en el sector privado, “un problema de mercado por parte de los bancos centrales acaparando liquidez desencadenaría un vasto movimiento de desapalancamiento” que podría hacer saltar la inflación directamente a la deflación. En este sentido, el BCE está intentando crear una estrategia antifragmentación que le ayude a endurecer las condiciones financieras al tiempo que mantiene controlados los diferenciales de los países periféricos. El fondo galo señala que es “demasiado pronto” para saber si esta herramienta “tendrá éxito, pero los bancos centrales tienen la habilidad de innovar para alcanzar los objetivos de inflación sin poner en peligro la estabilidad financiera”.
Los analistas de Edmond de Rothschild subrayan que los bancos centrales deberán ser “muy ágiles” para alcanzar sus objetivos “sin causar demasiado daño”. Con todo, la firma francesa señala que “se están poniendo al día” y aunque, a pesar del turbulento entorno geopolítico y de mercado, la economía mundial haya experimentado un retroceso, “no todo está perdido”. “China debería recuperarse”, apuntan.
“En las últimas semanas, los precios de las materias primas han caído notablemente ya que los mercados están preocupados por el crecimiento. Y, a pesar de la escasez, algunos sectores tienen quizás un exceso de existencias, por lo que podrían facilitarse las entregas y presionar aún más a la baja los precios”, sentencian.