Los mercados llegan a la recta final del verano en una situación delicada, marcada por fuertes caídas que alternan con periodos de alta volatilidad. Los últimos descensos en las bolsas de todo el mundo han disparado el temor entre los inversores, que siguen tratando de comprender si se encuentran ante una corrección puntual o algo mayor. La gestora DWS ofrece una visión optimista, ya que considera "improbable un mercado bajista en toda regla".
Uno de los principales motivos detrás de las caídas bursátiles es el temor a un posible deterioro económico, después de que los datos de Estados Unidos de la semana pasada mostraran una debilidad inesperada, y ante este panorama "el mercado se dio cuenta de que el mantra 'las malas noticias son buenas noticias' podría convertirse en una nueva realidad: las malas noticias son, en efecto, malas noticias".
"Además del flujo de malas noticias macroeconómicas del viernes, la liquidez estacionalmente baja también desempeñó su papel en la caída del mercado", apunta Björn Jesch, director de Inversiones de DWS.
Otro aspecto a destacar es la temporada de resultados del segundo trimestre, que ha dejado cifras decepcionantes especialmente en las grandes tecnológicas de EEUU, con su correspondiente castigo bursátil, aunque las previsiones de futuras ganancias de DWS no hacen presagiar el inicio de un mercado bajista.
"En el momento de redactar este informe, el S&P 500 ha experimentado un retroceso de alrededor del 7% desde su reciente máximo. Sobre la base de nuestro escenario y nuestras previsiones de beneficios, aún no esperamos un mercado bajista propiamente dicho, definido como una caída del 20% o más, que situaría al índice por debajo de 4.500 puntos", agrega.
Hasta las últimas caídas, aseguran que el precio del índice estadounidense "era perfecto, con unos inversores que mostraban un alto grado de complacencia, reflejado, por ejemplo, en los bajos niveles del VIX en los últimos meses".
Además, "el estrecho margen de error de los principales índices bursátiles se reflejó en una relación precio/beneficios (PER) de 21,5, significativamente superior a su media a largo plazo".
Otro de los cambios que destaca del mercado estadounidense es que "el popular 'Trump trade', que ha dominado el sentimiento del mercado en las últimas semanas, ha invertido su curso", un proceso que "ha contribuido a que las acciones estadounidenses de pequeña capitalización, el dólar estadounidense y las criptodivisas hayan caído en picado".
En el frente macroeconómico, también se muestran optimistas, ya que no incluyen una recesión para EEUU en su escenario base, aunque matizan que "no puede descartarse por completo".
Noticia relacionada
Un mercado en pánico pide a la Fed una bajada de tipos de emergencia"El mercado de bonos, con los rendimientos del Tesoro a 10 años en el 3,70%, ya refleja una probabilidad de recesión muy alta. Sin embargo, incluso si se materializara una recesión, es probable que fuera leve, dada la fortaleza general de la economía y la solidez de los balances del sector privado", asegura.
EL PAPEL DE LA FED
La llegada o no de una recesión a EEUU dependerá en parte de los próximos movimientos de la Reserva Federal, ya que los elevados tipos de interés han supuesto un freno a la actividad estadounidense en los últimos meses.
"En el frente macroeconómico, los datos de empleo de la semana pasada confirman por fin el impacto de las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed). Aunque el mercado está reaccionando a la noticia como si fuera una revelación, no nos sorprende del todo: las leyes de la gravedad económica se aplican a Estados Unidos como a cualquier otra nación", detalla.
Este cambio, explica Jesch, "se ve impulsado por la constatación de que el estímulo fiscal que ha apuntalado la economía se está desvaneciendo y se está dejando sentir todo el impacto del endurecimiento (monetario) de la Reserva Federal".
Ante esta situación, algunas voces han pedido a la Fed un recorte de tipos de emergencia, una posibilidad que en la gestora descartan, por lo que la flexibilización monetaria tendrá que esperar, al menos, hasta la próxima reunión del banco central, que tendrá lugar en septiembre.
"Esperamos que la Reserva Federal continúe por la senda prevista, siendo improbable una respuesta impulsada por el pánico. Un recorte de 50 puntos básicos (pb) o un recorte entre reuniones supondría un cambio significativo de política, que creemos que la Fed intentará evitar. En su lugar, nuestro escenario de referencia sigue siendo que la Fed mantendrá un enfoque más gradual de recorte de tipos tres veces en 25 puntos básicos en los próximos meses, probablemente a partir de septiembre", pronostican.
Sin embargo, hay aspectos que el banco central no puede controlar, como el contexto internacional, en el que todavía quedan interrogantes ante "la caída estival de la liquidez, la sorprendente subida de tipos del del Banco de Japón (BdJ), que hizo subir el yen, y la escalada de las tensiones en Oriente Medio".