Las dos razones de UBS AM para ganar dinero invirtiendo en infraestructuras

El capital privado para infraestructuras se ha convertido en fuente de financiación

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La gestora UBS AM incluye a las infraestructuras entre sus recomendaciones de inversión para el momento actual por varios motivos, entre los que destaca la necesidad de financiación del sector, ya que "el mundo necesitará casi 100 billones de dólares de inversiones acumuladas en infraestructuras entre 2015 y 2040", y los flujos actuales apuntan a un incumplimiento de esta cifra "por unos 15 billones de dólares".

"Las infraestructuras desempeñan un papel fundamental en las sociedades modernas, ya que son un motor del crecimiento económico y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Su importancia rara vez es cuestionada por nadie y, sin embargo, las inversiones en infraestructuras suelen quedarse cortas con respecto a las necesidades reales", destaca Ignacio Resusta, especialista de inversiones para mercados privados de UBS AM.

El aumento de la deuda pública, explica, y las restricciones fiscales que se han agravado durante la pandemia de Covid-19 "limitan aún más los fondos disponibles por parte de los gobiernos para infraestructuras", y ante esta situación, "el capital privado para infraestructuras, con su amplia capacidad de financiación, se ha convertido en la solución más inmediata para reducir esta brecha".

"En el pasado, los gobiernos eran responsables de gran parte de las inversiones, especialmente en proyectos más tradicionales y sencillos como carreteras y puentes. Sin embargo, a medida que aumenta su complejidad, la mayoría de los gobiernos simplemente carecen de la experiencia necesaria para explotar o incluso construir estos activos", agrega.

Además, los Gobiernos "suelen dar prioridad a otros programas de gasto público como la sanidad, el bienestar, la educación y la defensa, ya que proporcionan una gratificación más instantánea a los votantes durante los breves ciclos electorales", una afirmación que se cumple especialmente "en los mercados desarrollados, donde la tentación de aplicar arreglos rápidos y temporales a infraestructuras obsoletas es políticamente más conveniente que construir algo nuevo desde cero".

"Los gobiernos reconocen estas oportunidades, por lo que muchas de las recientes políticas históricas, como el acuerdo verde de la UE y la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés) y la Ley Bipartidista de Infraestructuras de EEUU, se centran en facilitar las inversiones de capital privado. Esto se consigue mediante el uso de subsidios, créditos fiscales, subvenciones, garantías financieras o mecanismos de riesgo compartido y, la aceleración de los procesos de aprobación de proyectos a través de la racionalización de las burocracias", asegura.

VIENTOS DE COLA

El sector de las infraestructuras está expuesto a "una serie de interesantes tendencias seculares que proporcionan a lo que ya es una clase de activos estable unos atractivos vientos de cola de crecimiento", entre los que destacan la descarbonización, la digitalización, el cambio demográfico y la desglobalización.

En primer lugar, apunta Resusta, la descarbonización es "posiblemente uno de los temas de inversión más importantes en cualquier clase de activos", ya que "los esfuerzos del mundo por descarbonizarse han creado una de las mayores oportunidades de inversión en una generación".

"En los últimos 20 años, el cambio climático ha pasado de ser una mera teoría académica a ser algo que todo el mundo experimenta ahora con fenómenos meteorológicos extremos y catástrofes naturales. El impacto económico del cambio climático también se ha hecho más tangible, ya que las pérdidas mundiales aseguradas han tendido al alza en la última década", subraya.

Mientras, la digitalización se muestra como "una temática universal", y los datos de Gartner, empresa estadounidense de investigación tecnológica, prevén que el gasto mundial en IT alcance los 4,6 billones de dólares en 2023, un 5,5% más que en 2022. En este sentido, "el crecimiento del consumo de datos sigue impulsando las inversiones en infraestructuras digitales".

"Los inversores en infraestructuras seguirán apoyando el crecimiento de este sector, aunque existen algunas diferencias regionales en la forma de desplegar la infraestructura de Internet de alta velocidad (fibra frente a 5G, financiación privada frente a financiación pública para la fibra)", manifiesta.

Por ejemplo, la inversión europea sigue yendo hacia la fibra total "con un fuerte apoyo gubernamental", ya que se espera que el número de abonados a la fibra hasta el hogar se duplique con creces entre 2021 y 2026, mientras que el despliegue de internet de alta velocidad en Estados Unidos es una mezcla entre 5G y fibra.

En lo que respecta al cambio demográfico, cabe destaca que "la población global envejece rápidamente en todo el mundo, tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes", lo que pone de manifiesto "la importancia de las infraestructuras sociales relacionadas con la asistencia sanitaria y las residencias de la tercera edad".

"Sin embargo, el sector también está muy sometido a escrutinio y conlleva importantes riesgos operativos y de reputación. Por tanto, es más adecuado para inversores especializados en el sector", matiza.

Por último, el analista pone el foco en la desglobalización, en un contexto en el que "las tensiones geopolíticas y los recientes problemas de la cadena de suministro han revitalizado la demanda de capacidad de fabricación nacional en el mundo desarrollado".

Este proceso "se ve acelerado" por la Ley de Reducción de la Inflación, "que es tanto política industrial como energética, ya que proporciona generosas subvenciones a las energías limpias nacionales y a la fabricación nacional".

"Esto podría suponer un viento de cola para las infraestructuras, ya que la deslocalización de la fabricación requerirá mejoras en las actuales redes de transporte, como carreteras, ferrocarriles y puertos, así como otras infraestructuras adyacentes que apoyarían el crecimiento de la población en las nuevas zonas industriales", concluye.

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