La confianza de los inversores y ahorradores españoles en la evolución de las bolsas en 2024 ha experimentado en los primeros meses del año la mayor subida de su historia, y se sitúa en niveles similares a los de 2021, el año de la recuperación post-Covid.
El índice, que desde 2007 elabora J.P. Morgan Asset Management para medir periódicamente la confianza de los inversores en los mercados, ha logrado un nivel récord, alcanzando los 3,89 puntos, la segunda lectura más alta jamás recogida por el estudio de la gestora internacional, según ha explicado la gestora en nota de prensa.
Tan relevante como el nivel alcanzado es la fuerza de la subida. Tras un 2024 de optimismo moderado, con valores oscilando entre el 1,9 y el 1, y a pesar de que la mayoría de las bolsas cotiza en máximos, la confianza de los inversores particulares en la subida de los mercados de valores ha experimentado el mayor incremento en un solo trimestre de toda la serie histórica del índice.
Con excepción del último cuarto de 2020, cuando, en plena pandemia y tras un año en niveles muy negativos, el anuncio de la vacunación contra la COVID-19 disparó la confianza.
Hoy, tras recuperarse en los últimos meses de 2023 del breve impacto del estallido del conflicto en Oriente Medio en octubre, la visión optimista ha ido recuperando con fuerza terreno en el ánimo de los inversores, que miran a 2024 con confianza, y en esta ocasión por motivos esencialmente financieros o económicos.
AUMENTA EL OPTIMISMO
Casi la mitad de los encuestados se declara optimista y cree que la bolsa subirá en los próximos meses o que muy probablemente subirá. Los pesimistas vuelven a caer y lo hace al nivel más bajo de los últimos cinco años.
Una percepción de una buena situación económica es el motivo esgrimido por la mayoría de los optimistas. Ni la inflación, ni los tipos de interés, ni los conflictos internacionales reciben mucha atención en sus respuestas. Al contrario que en los pesimistas, para los que la situación económica y política, la inflación y los conflictos internacionales son motivos de desconfianza y llevarán, en su opinión, a la bolsa a perder terreno.
Este contexto de elevado optimismo influye en la forma que tomarán las inversiones futuras de los encuestados en diferentes productos financieros. Todos los productos analizados experimentan notables crecimientos en la intención de compra de los ahorradores e inversores, a excepción de la inversión inmobiliaria, probablemente por los altos tipos de interés, y los planes de pensiones.
Fondos de inversión, inversión directa en acciones, o en deuda (letras del tesoro, bonos, etc.) registran subidas muy notables. Especialmente fuerte es el incremento en la intención de suscripción de fondos de inversión, la opción de un 21% de los consultados, 5,5 puntos más que hace tres meses.
Y destaca un trimestre más la tendencia ascendente de la preferencia por letras del Tesoro, Bonos, etc. Hasta un 16% de encuestados los menciona como futuro objeto de inversión, cuando hace poco más de un año solo un escaso 5% lo contemplaba en sus carteras. Finalmente, la adquisición directa de acciones es la opción del 14,6% (3 puntos más).