"El proceso de desinflación ha comenzado", afirmaba Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) durante la conferencia de prensa posterior a la reunión de febrero del banco central americano. Los datos económicos apuntaban en esa dirección y el mercado 'compró' la idea. Sin embargo, las últimas cifras macro han puesto de manifiesto que esta tendencia ha ido perdiendo fuerza y que la inflación es 'más pegajosa' de lo esperado. "Los datos de las últimas semanas no sólo han mostrado una recuperación de las economías occidentales, sino también que la tendencia desinflacionista ha ido perdiendo fuerza", indica Benjamin Melman, Global CIO en Edmond de Rothschild AM.
Ante este escenario, lo preocupante para el experto es que el mercado residencial estadounidense parece estabilizarse e incluso repuntar: "Si incluso este sector tan sensible a los tipos de interés ya no contribuye negativamente al crecimiento global, ¿qué eficacia puede tener la política monetaria sobre el resto de la economía, que sigue siendo demasiado dinámica? Si la tendencia actual persistiera, cabría preguntarse si las condiciones financieras son suficientemente restrictivas para frenar la inflación", explica.
Por el momento, los bancos centrales ignoran en gran medida los últimos acontecimientos en el contexto actual y se han visto desorientados por la volatilidad económica y de los mercados, "por lo que probablemente buscarán un término medio para no cometer un error".
"Ante un repunte económico tan esperado e inconveniente, cabe esperar que continúen con el endurecimiento de su política más lentamente pero durante más tiempo -en 25 pb después de que el BCE realice su esperado ajuste de 50 pb en marzo-, siempre y cuando la recuperación económica continúe", vaticina Melman.
No obstante, desde la gestora siguen convencidos de que la desinflación sigue siendo la tendencia fundamental que está claramente anclada en Estados Unidos a pesar de los cambios económicos. Además, los bancos comerciales también pueden influir en el crecimiento monetario y han reducido drásticamente los préstamos, según la última Encuesta sobre Préstamos de la Fed.
Con todo, Melman apunta que no se puede pasar por alto "la fragilidad de los equilibrios actuales y el riesgo de que volvamos a encontrarnos con el problema de los últimos años, es decir, una inflación excesivamente alta en la que los bancos centrales jueguen a ponerse al día y acaben endureciendo la política monetaria más de lo previsto".
Por ello, desde la gestora prefieren reducir la exposición de sus carteras y "hemos pasado a 'infraponderar' la renta variable, al tiempo que adoptamos una postura más neutral con respecto a la renta fija".
Concretamente, indican que se ha reducido la exposición a la renta variable estadounidense y aprovechado los descensos en China para aumentar ligeramente la exposición a la renta variable de ese país. "Las recientes tensiones geopolíticas podrían, por supuesto, aumentar la volatilidad, pero la tendencia fundamental sugiere una recuperación. Los indicios de recuperación del mercado inmobiliario chino nos han animado a aprovechar esta oportunidad. Esta recuperación, unida a unas presiones inflacionistas moderadas, es el tipo de escenario que preferimos ver", subraya.
"En los mercados de renta fija, hemos recortado nuestra exposición a los bonos de los mercados emergentes, ya que podrían verse más perjudicados que otros mercados por un mayor endurecimiento de la Fed", concluye Melman.