No están siendo las mejores semanas para el euro, ya que la moneda comunitaria ha tocado recientemente mínimos de los últimos dos meses con el dólar estadounidense. La debilidad de la moneda comunitaria (o la fortaleza del billete verde) es más que palpable y parece que los pronósticos más halagüeños han quedado atrás. Para los expertos de J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM), se avecina un “camino lleno de baches” para la divisa de la Unión Económica y Monetaria.
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El EUR/USD toca mínimos de 8 semanas tras una batería de datos macro desfavorables“El euro ha llegado probablemente a un punto de inflexión, al desvanecerse los vientos favorables derivados tanto de la inversión de la crisis de los términos de intercambio como de la ventaja de rendimiento del dólar”, explica Claudio Wewel, estratega de divisas de la gestora suiza. Según este experto, los retos de la divisa comunitaria a corto plazo “deberían venir principalmente de los tipos (de interés), mientras que la debilidad del impulso cíclico podría actuar como un lastre adicional”.
En este sentido, Wewel indica que, durante los últimos 18 meses, el euro experimento una especie de “miniciclo” acelerado por los efectos de la guerra de Ucrania, la cual acentuó una tendencia bajista que ya había comenzado en 2021 y envió por debajo de la paridad a la moneda europea.
En este sentido, el experto de JSS SAM recuerda que, durante el primer semestre de 2022, el euro tuvo que hacer frente a una “tormenta perfecta”. Por un lado, al temor generalizado a la escasez de energía, que hizo que los precios del petróleo y del gas escalasen hasta niveles desconocidos y empeoró la relación de intercambio de la eurozona.
Por si fuera poco, la orientación “relativamente más restrictiva” de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) respecto a la del Banco Central Europeo (BCE) “aumentó aún más la ventaja del tipo de interés oficial del dólar sobre el euro, que había empezado a pesar sobre el euro desde 2021”. Asimismo, los diferenciales de rendimiento de la deuda pública de la periferia de la eurozona, uno de los indicadores de la estabilidad a largo plazo de la moneda comunitaria, se ampliaron rápidamente debido al empeoramiento de las perspectivas económicas mundiales como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Sin embargo, la moneda comunitaria y el BCE consiguieron atravesar la tormenta y salir relativamente bien parados. Posteriormente, el euro se recuperaría y registraría ganancias “constantes” en los últimos meses… hasta ahora. “Varios indicadores apuntan al final de esta tendencia alcista”, indica Wewel.
“Las expectativas de tipos de interés oficiales de la eurozona para 2024-25 son más bien ‘hawkish’, en particular en comparación con las expectativas de la Fed, lo que justifica cierto retroceso, dando una ventaja relativa al dólar estadounidense”, sentencia este experto.
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Lagarde: "Nuestras decisiones llevarán los tipos a niveles suficientemente restrictivos"Esto se explica por un factor clave: la moderación de la “senda implícita” de los tipos de interés oficiales del BCE. El freno de Fráncfort parece cada día más probable a la luz de las últimas cifras de inflación y de la confianza del consumidor de la eurozona, que estarían reflejando un deterioro de la actividad en la región, encabezado por la debilidad de la industria manufacturera alemana como consecuencia de la reciente caída de las importaciones de automóviles chinos.
Por el contrario, apunta este experto, la economía estadounidense está resistiendo mejor, como están indicando los sólidos datos de empleo en Estados Unidos. Cabe recordar que, contra todo pronóstico, la primera economía del mundo creó 339.000 puestos de trabajo en mayo frente a los 190.000 que anticipaba el consenso. Además, las ganancias promedio por hora de todos los empleados subieron un 0,3%, hasta los 33,44 dólares. En los últimos 12 meses, el promedio por hora de los salarios aumentó un 4,3%.
Desde Oxford Economics señalan que los datos “darán a la Fed cobertura para mantener la política estable en su próxima reunión, una pausa que ha sido bien telegrafiada, pero la reanudación de los aumentos de tasas en julio es una gran posibilidad si el crecimiento del empleo no se desacelera significativamente en junio”.
“Dada una correlación histórica relativamente estrecha, sostenemos que estos patrones cíclicos relativos deberían favorecer al dólar estadounidense frente al euro a corto plazo, lo que implica que el euro probablemente haya alcanzado un máximo temporal a principios de mayo. Una recesión mundial reforzaría esta opinión, dado que una desaceleración mundial suele pesar más en la economía de la eurozona, impulsada por las exportaciones”, concluye Wewel.