El pasado año estuvo marcado por el intenso endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales, una pequeña crisis bancaria, la escalada de las tensiones geopolíticas y la persistencia de la inflación. En ese contexto, los mercados de renta fija registraron sólidas rentabilidades en términos generales, al beneficiarse del elevado carry y del estrechamiento de los diferenciales. Ya adentrados en el ejercicio de 2024, Wellington Management señala que el inminente cambio de rumbo en la política de los bancos centrales hacia posturas acomodaticias brindará oportunidades interesantes en renta fija. Por ello, la compañía propone cinco ideas de inversión en este tipo de activo.
En primer lugar, la renta fija sin restricciones: La compañía señala que las estrategias de renta fija de retorno total menos limitadas por los índices de referencia están bien posicionadas para abrirse camino en un ciclo económico y crediticio que, según parece, se adentra en su última etapa.
"En este contexto de fin de ciclo en el que se espera un descenso de los rendimientos y un repunte de la volatilidad, podemos servirnos de la rotación dinámica en el amplio conjunto de oportunidades que ofrecen los segmentos de renta fija para generar mayores rentabilidades ajustadas al riesgo con una menor volatilidad que la renta variable
En un entorno de mercado tan incierto, creemos que la agilidad y flexibilidad a la hora de gestionar carteras, son importantes, para ello es necesario contar con una exposición significativa a liquidez y a deuda pública de mercados desarrollados, y así aprovechar las oportunidades de mercado a medida que surjan", señalan desde la gestora.
Por otro lado, los bonos core plus: aunque los mercados de renta fija repuntaron con fuerza a finales de 2023, señalan que es posible que los rendimientos podrían seguir estando apoyados por el empeoramiento de las previsiones de crecimiento y el cambio de sentido de los bancos centrales hacia posturas más acomodaticias.
Los bonos core plus pueden ofrecer protección en un escenario bajista en que la economía se ralentizaría más de lo esperado. Se trata de estrategias que, por la persistencia de los rendimientos de la deuda pública en niveles altos, ofrecen niveles de carry y rentas tan altas como antes de la gran crisis financiera. Así, prevén que la tradicional correlación negativa entre la renta variable y la renta fija se vuelva a confirmar en contextos inflacionarios más leves.
En tercer lugar, el crédito titulizado de mayor calidad el cual se trata otro sector en el que según la compañía no es necesario rebajar las exigencias cualitativas para conseguir rentas y carry es el universo de valores titulizados de alta calidad. Para una misma calificación, los diferenciales suelen ser más amplios en el segmento de bonos corporativos, pero con un riesgo diferenciado. Buena parte de estos contratos incluyen estrictas cláusulas de subordinación de la deuda.
Algunas áreas con numerosas oportunidades idiosincráticas para los inversores son la deuda al consumo subprime y el sector inmobiliario comercial; este, en concreto, plantea ciertas dificultades, pero son bien conocidas, y, en general, el consumo está volviendo a sus niveles normales tras los enormes estímulos fiscales. Señalan que se espera que aumente la morosidad, y que los bonos de titulización de activos (ABS) se beneficien de sus sólidas características estructurales, como la menor duración y el desapalancamiento natural fruto de la amortización del principal.
Por otra parte, las titulizaciones respaldadas por préstamos corporativos (CLO, por sus siglas en inglés): a pesar de que el riesgo de recesión no dejó de aumentar en 2023, las CLO figuraron entre nuestras principales ideas de inversión en el mercado de crédito sobre la base de sus amplios diferenciales y de su capacidad para asegurar la financiación a plazo. Una perspectiva que se reveló acertada al registrar rentabilidades del 14,51 %, según el índice Citi Post-Crisis CLO Equity.
Si finalmente se produce el 'aterrizaje suave' de la economía, las CLO deberían cosechar buenos resultados. La emisión de este tipo de titulizaciones cayó por tercer año consecutivo y se espera que siga disminuyendo a medida que vayan saliendo del período de reinversión durante el año, brindando unas condiciones técnicas favorables. Y, lo que es más importante, los recortes de tipos de la Reserva Federal permitirán reducir el coste de los intereses para los emisores individuales de los préstamos bancarios, en los que invierten las CLO. Además, seguimos contemplando períodos de volatilidad en los diferenciales, y ello permitiría a los gestores reinvertir a niveles más atractivos.
Por último, los bonos convertibles: tras el fuerte estrechamiento de los diferenciales crediticios a finales de 2023, los bonos convertibles son uno de los pocos sectores de renta fija que siguen aportando convexidad positiva. Hasta cierto punto, según Wellington Management, ofrecen lo mejor de las dos clases de activos: por un lado, la exposición a sectores «growth» permite batir a otros segmentos de renta fija que cotizan un diferencial cuando repuntan las bolsas; por otro, al contar con un suelo, estos bonos dan una mayor protección frente a las caídas cuando la renta variable pierde el favor de los inversores.