BlackRock apunta el riesgo económico del separatismo catalán en vísperas del 10N

Así lo indica a la SEC a través de BlackRock Funds y de su proveedor de EFT, iShares.

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Un nuevo aviso, esta vez en vísperas de las elecciones generales del 10 de noviembre y realizado por la mayor gestora del mundo. BlackRock ha vuelto a incluir el movimiento secesionista catalán como uno de los riesgos que percibe para la economía europea y, además, indica que puede tener un impacto en determinados países. En concreto, avisa de una posible influencia para Reino Unido, Francia y Alemania.

Esta vez, la gestora lanza su toque de atención a través de dos comunicaciones remitidas el 31 de octubre y el 1 de noviembre a la Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador estadounidense. Una, vía su proveedor de EFT, iShares. La otra, a través de BlackRock Funds.

En cuanto a la primera, señala al secesionismo catalán entre los riesgos que pueden afectar a la economía comunitaria. No es el único, también cita el Brexit, así como la “volatilidad” y los niveles de deuda de determinados países, como Grecia, Italia, Francia o España.

“Los movimientos secesionistas, como el catalán en España o el independentista de Escocia, así como las respuestas gubernamentales u otras a estos movimientos, pueden aumentar la inestabilidad y la incertidumbre en la región”, indica.

“Además, la política nacional de los países de la Unión Europea ha sido impredecible y está sujeta a la influencia de diversos grupos e ideologías políticas”, resume iShares en el ‘prospectus’ de su negocio remitido a la SEC. Cita también, específicamente, el riesgo que pueden suponer estos dos movimientos independentistas para la economía del Reino Unido.

FRANCIA Y ALEMANIA

Por otro lado, la firma estadounidense señala el posible riesgo de estos movimientos separatistas a través de BlackRock Funds III. En concreto, en referencia a su producto BlackRock LifePath Dynamic 2065 Fund. Y aquí es donde apunta a Francia y Alemania.

Respecto al país vecino argumenta que la evolución del movimiento secesionista catalán puede impactar a la economía francesa. Indica que ésta es muy dependiente de las exportaciones agrícolas y que la demanda de sus productos puede verse afectada por este tipo de factores externos, entre los que también está el Brexit, que podrían derivar en mayores cifras de desempleo y un aumento de su deuda.

En el caso de Alemania, la misma indicación sobre Cataluña. Sobre todo, porque su economía es dependiente del sector exterior, en especial de las relaciones comerciales que mantiene con sus principales socios comunitarios.

LOS AVISOS DE TELEFÓNICA Y DIA

BlackRock no es la única cotizada que ha avisado a los inversores sobre las posibles consecuencias de las tensiones políticas y sociales en esta comunidad autónoma. Hace unos días, el grupo de distribución DIA hacía lo propio en el folleto de la ampliación de capital que tiene en marcha.

La compañía controlada por Mijaíl Fridman aseguraba que la situación en Cataluña “puede resultar en volatilidad de los mercados de capitales y de las condiciones de financiación en España”. Y, en consecuencia, “puede afectar al entorno en el que el grupo opera en Cataluña y en el resto de España, que podría tener un efecto material adverso en el negocio del grupo, los resultados operativos, condiciones financieras y previsiones”.

También Telefónica ha lanzado su voz de alarma. El gigante español de las telecomunicaciones, al hablar de su mercado doméstico en el último folleto continuado que ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), citaba tres focos de incertidumbre. El primero, “consecuencia de la situación política en Cataluña y su impacto en las condiciones de financiación de la economía española dado el calendario exigente de vencimientos que todavía afronta el país y la notable dependencia del país al escenario e inversores internacionales”.

En este caso, los otros dos factores de incertidumbre en España que citaba la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete también tenían perfil político. Uno, “la incertidumbre sobre las políticas económicas a ejecutarse de 2020 en adelante, dada la elevada fragmentación existente y la falta de acuerdos en temas clave”. Otro, la dependencia de España al capital exterior, que hace que este país esté más expuesto a cualquier repunte del proteccionismo.

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