Los mercados de renta variable y de renta fija han sufrido uno de los peores semestres en décadas. Y esto deja valiosas lecciones para aquellos inversores aplicados que hacen sus deberes y se quieren preparar para tiempos inciertos.
En Wall Street, el S&P 500 se desplomó un 19,97%, mientras que el Nasdaq sufrió caídas mayores, del 29,22%, a finales del primer semestre. En el Viejo Continente tampoco fueron mejor las cosas y el Euro Stoxx 50 perdió un 17,39%.
En cuanto a la deuda pública a 10 años, los inversores de EEUU, Alemania y Francia perdieron más de un 10% cada uno durante los seis primeros meses de 2022.
El bitcoin, que cotizaba por encima de los 60.000 dólares en noviembre de 2021, cayó a 18.731 dólares al final del primer semestre de 2022. Más de dos tercios del valor de la criptodivisa se desvanecieron en sólo unos meses.
La guerra de Ucrania, por su parte, que dura ya más de cinco meses, ha seguido afectando negativamente a la economía mundial, principalmente a los precios del gas y del petróleo, así como las divisas consideradas refugios seguros como el dólar y el franco suizo, que han visto aumentar su valor.
Con todos estos "antecedentes", los inversores tienen los nervios a flor de piel.
Ante esta situación, Jan Viebig, Global Co-CIo en ODDO BHF AM expone las cinco lecciones que deja el primer semestre y que serán la base para lo que queda de año.
La primera lección es que estamos ante un choque de oferta. Al igual que ocurre con los choques de demanda, "en estos casos se produce una caída del PIB, pero la diferencia crucial entre ambos escenarios es que los precios suben. Los consumidores tendrán menos dinero disponible para el gasto adicional debido al aumento de los precios. Además del gasto de los consumidores, la inversión también se reducirá o se estancará porque los tipos de interés tenderán a subir. El producto interior bruto (PIB) crecerá mucho más lentamente e incluso podría caer temporalmente".
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La Fed sube los intereses 75 puntos básicos para combatir la inflaciónLa segunda lección es que la era del dinero barato ha terminado. "Hasta diciembre de 2021, el BCE suponía que la inflación se establecería en el 1,7% en 2022 en las 19 economías de la eurozona. Ahora, las proyecciones de junio de 2022 de los miembros del BCE indican que la inflación se podría colocar en una media del 6,8% en 2022 y del 3,5% en 2023. Con una inflación muy superior al 8% tanto en la eurozona como en EEUU, muy por encima del objetivo de inflación del 2% que tienen tanto el BCE como la Reserva Federal, ambos bancos centrales se verán obligados a subir los tipos de interés de forma significativa. Esperamos que el tipo efectivo de los fondos federales suba al 3,4% en junio de 2023. En Europa, el tipo de depósito del BCE subirá muy probablemente por encima del 1,4% en junio del próximo año".
Noticia relacionada
Qué es el TPI del BCE: una herramienta para gobernarlos a todos y sin límitesLa tercera lección es que el riesgo de financiación de los países muy endeudados está aumentando, lo que obliga a los bancos centrales a intervenir. "Quienes cargan con un elevado endeudamiento sufrirán cuando tengan que refinanciarse con tipos de interés crecientes. Esto se aplica tanto a las empresas como a los Estados enteros. En Europa, el BCE convocó una reunión de emergencia a mediados de junio, con el fin de contrarrestar la “fragmentación” de la eurozona, es decir, evitar un aumento significativo de los rendimientos en los estados periféricos del sur. El BCE ha anunciado que utilizará los rendimientos del PEPP (programa de compras de emergencia) para evitar un aumento repentino de los rendimientos en los Estados miembros altamente endeudados".
La cuarta lección consiste en que los shocks externos derivados de la guerra de Ucrania son cada vez más probables. "En Europa, se cierne la amenaza de un embargo energético. En caso de prohibición total del gas, el Bundesbank considera posible que se produzca una caída del producto interior bruto de hasta el 5% en Alemania. Y el diagnóstico conjunto de los institutos de investigación económica prevé una caída de hasta el 8,9%".
La quinta lección es que los inversores a largo plazo deberían preguntarse en qué momento deben volver a aumentar el riesgo en sus carteras. "La renta variable sigue siendo una de las clases de activos más atractivas a largo plazo y los mercados de renta variable ya han sufrido una fuerte caída. Las valoraciones en Europa y los mercados emergentes ya no son caras según los criterios de valoración habituales. En Estados Unidos, sin embargo, la renta variable sigue cotizando muy por encima de los niveles medios de valoración del pasado".