Draghi subraya que aún no se ha empezado a discutir la política de reinversiones
Pocos cambios ha dejado la reunión del mes de julio del Banco Central Europe (BCE), después de que supervisor monetario sentara en junio las bases de su plan de abandono de su política ultra-expansiva de los últimos años: fin de las compras en diciembe de 2018 y tipos estables hasta "verano de 2019". El regulador ha reiterado que la tasa de referencia seguirá en el mínimo histórico del 0% hasta al menos "durante" la estación más calurosa del año y sigue sosteniendo que el final de las compras está previsto en diciembre de 2018 "siempre que los datos confirmen las perspectivas de inflación a medio plazo".
Hasta aquí la cobertura de la última rueda de prensa del presidente del BCE antes del descanso vacacional. Draghi ha brillado poco en una comparecencia en línea con las expectativas del mercado, de la que se esperaba más bien poco, por no decir nada.
De las tres preguntas que planeaban sobre los anuncios de junio, el banquero central no se ha movido un ápice de la sentencia sobre los tipos y ha reiterado que se mantendrán en el mínimo histórico del 0% hasta "al menos durante el verano de 2019". Sobre la política de reinversiones ha dicho en varias ocasiones que "aún no se ha empezado a discutir", aunque ha anticipado que la clave es "el capital". Y sí ha dado respuesta a una de las cuestiones de esta reunión de julio cuando ha sentenciado que los bonos griegos ahora no son elegibles para el 'QE'.
Las últimas palabras del banquero central antes de irse de vacaciones han sido para expresar todo el apoyo y la solidaridad del Consejo de Gobierno hacia Grecia, por la tragedia que el país está viendo con los incendios que han dejado cerca de 80 muertos y centenares de heridos.
Una de tres. El presidente del BCE ha dado una respuesta más o menos clara a una de las tres cuestiones que el mercado esperaba que abordara en su comparecencia tras la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central del mes de julio. Por ahora, "los bonos griegos no son elegibles para el QE", ha dicho, aunque ha elogiado los esfuerzos de las autoridades griegas para la resolución de su crisis.
La falta de concreción del presidente del BCE sobre las medidas anunciadas en junio ha provocado moderadas ventas en un euro que, según los analistas, se hallaba muy presionado por la resistencia de los 1,1760 dólares. La moneda comunitaria se deprecia hacia los 1,1680 dólares.
Preguntado por el sexto aniversario de sus palabras: "Haremos todo lo necesario para salvar el euro", Draghi ha aprovechado para sacar pecho del trabajo hecho estos años. "Tenemos una Unión Europea más fuerte, basada en las reformas de los gobiernos", ha expresado, y ha reconocido que "el BCE mismo es otro banco central, tenemos muchas más herramientas". "Podemos estar orgullosos de que hemos mantenido la estabilidad de la moneda durante todos estos años", ha redondeando el italiano.
Draghi ha dado respuesta a una de las cuestiones que el mercado quería conocer: aún no se ha empezado a discutir en el Consejo de Gobierno del banco central la política de reinversiones de los bonos que están por madurar. Por lo tanto, no está clara la forma que adoptará la 'operacion twist' a la europea. Ni siquiera sobre el capital de estas reinversiones, ha insistido el italiano.
El presidente del BCE indica que el Consejo de Gobierno no cree que en este momento sea adecuado ofrecer más detalles en su guía a los mercados sobre los tipos de interés.
Aunque Draghi ha señalado que "es pronto para opinar sobre el contenido del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y EEUU", después de la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha considerado que "es una buena señal". Y lo es porque indica que "al menos hay la predisposición de discutir estos temas".
"El panorama económico y monetario confirma que aún se necesita un amplio nivel de estímulos por parte del banco central", el BCE no abandona su mantra. Además, Draghi ha vuelto a instar a los socios comunitarios a que mantengan sus políticas fiscales y económicas con el objetivo de que siga la estabilidad en la Eurozona.
Entre los principales riesgos que el BCE ve para el crecimiento estable de la Eurozona destaca "la amenaza del proteccionismo", que el presidente del banco central ve como "incertidumbres alrededor del conflicto comercial" que "siguen altas".
El momento más esperado de la reunión, la conferencia de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi. Durante los primeros compases ha reiterado la visión de que los tipos se mantendrán sin cambios hasta al menos "durante el verano de 2019". También ha reiterado la visión optimista del banco central en el crecimiento económico, que impulsará la inflación hasta los niveles que el supervisor se ha fijado com objetivo. Con todo, siguen siendo necesarios los estímulos económicos, a pesar de que la economía marcha a buen ritmo. Y estos llegarán a través de los mecanismos habituales: compras de bonos, tipos bajos y reinversiones.
Reacción prácticamente nula en el mercado de las divisas. El euro, que se ha visto revitalizado en las últimas horas por la distensión en el conflicto comercial entre EEUU y la Unión Europea, tras el acuerdo alcanzado entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha cedido algo de terreno desde los máximos de la sesión, en los 1,1745 dólares y se cambia cerca de los 1,1700 dólares.
La gran incógnita sobre la que el mercado exige claridad al BCE es que explique el concepto los tipos seguirán sin cambios hasta "el verano de 2019". Donde algunos empiezan a descontar septiembre, otros opinan que estas no llegarán hasta diciembre, pero en su comunicado de política monetaria, el regulador se ha ceñido a lo expuesto en junio: "el Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en sus niveles actuales hasta al menos durante el verano de 2019 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2 % a medio plazo".
Otra cuestión que se plantea entre los expertos consultados es si los bonos del gobierno griego podrían ser elegibles para el BCE antes del final de las adquisiciones de activos netos, prevista para diciembre de 2018. Cuando en agosto expire el paquete de 86.000 millones de dólares del último rescate, se hará evidente la necesidad del país de recibir apoyo financiero y su reingreso a los mercados de bonos globales. Por lo que, si la renta fija helena se incluye en el último tramo de adquisiciones del banco central “será una gran noticia para Grecia, que verá caer los costes de los préstamos y para la Eurozona, ya que si eslabón más débil recibirá respaldo del banco central”, indican analistas de Monex Europe.
Otro de los puntos calientes de la reunión de este mes es si el Consejo de Gobierno ha tomado alguna decisión sobre la política de reinversión de los bonos que están listos para madurar. “En nuestra opinión, el BCE tiene aproximadamente dos o tres años en mente, por lo que se estirarán hasta al menos 2020 o 2021”, argumentan desde Berenberg. No obstante, hasta hoy no ha habido una comunicación sustancial sobre la política de reinversión y en la firma alemana tampoco estiman que “se ofrezca información sobre el marco temporal de estas nuevas operaciones, aunque se haya empezado a discutir ya en el seno del BCE”.
La cita de este jueves coincide con el sexto aniversario de la ya mítica frase pronunciada por Mario Draghi, que se ha convertido en el ‘leitmotiv’ de su mandato: “Haré cualquier cosa para salvar al euro. Y será suficiente”. Mucho han cambiado las condiciones de la Eurozona desde julio de 2012, pero el mercado aún sigue confiando en el banquero central para que impulse el crecimiento y el mercado descuenta el primer incremento de tasas entre septiembre y diciembre de 2019.
La reunión de este mes se espera muy tranquila después de los fuegos artificiales de junio. Aún así, los expertos anticipan tres cuestiones fundamentales sobre las que el mercado exige claridad a Mario Draghi. La más relevante, que explique exactamente qué quiere decir con ‘verano de 2019’.
Además de mayor concreción acerca de la fecha de la primera subida de tipos, firmas como Berenberg, Allianz GI o Rabobank, creen que el banco central debe arrojar luz sobre su política de reinversión de los bonos que están listos para madurar. Por último, firmas como Oxford Economics también esperan que el supervisor monetario se reafirme en que el fin de las compras de bonos será en diciembre de 2018 y desvele si se incluirá la renta fija griega en las operaciones de los últimos meses.