El BCE mantiene los tipos y las compras de deuda sin cambios
Incógnita despejada. El BCE ha modificado su discurso para descartar ya la posibilidad de "ampliar el volumen y/o la duración" de las compras de activos en el mercado. Es decir, deja entrever que las compras de deuda afrontan su recta final y que terminarán en septiembre. Eso sí, el presidente de la entidad, Mario Draghi, también se ha encargado de dejar claro que nada de lo que haga en el futuro será drástico, sino que las medidas contractivas serán graduales. Sobre todo, por la ausencia de presiones inflacionistas.
La reunión de política monetaria de marzo del BCE concluye con dos ideas principales. La primera, que la entidad presidida por Mario Draghi ha dado otro 'pasito' hacia la futura retirada de los estímulos al prescindir ya en su discurso de que seguía dispuesta a "ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activos". Y la segunda, que la retirada de los activos nunca será rápida por la ausencia de presiones inflacionistas. Ni siquiera en 2020, que es el mayor horizonte temporal que alcanzan las previsiones del BCE, prevé una inflación por debajo, pero cerca, del 2%. Para ese año la sitúa en el 1,7%, el mismo nivel que en diciembre.
Acaba de finalizar la rueda de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi.
La ausencia de presiones inflacionistas, reflejada en las nuevas previsiones económicas de la entidad, está sirviendo para enfriar al euro porque garantiza que el BCE no tendrá prisa a la hora de retirar los estímulos. La 'moneda única', que había llegado a subir hasta los 1,245 dólares, se relaja hasta los 1,239 dólares.
El 8M también se ha abierto paso en las preguntas que Draghi ha recibido, como no puede ser de otro modo si se tiene en cuenta que sólo uno de los seis miembros del Comité Ejecutivo del BCE y sólo dos de los 25 miembros habituales del Consejo de Gobierno son mujeres. "Estamos trabajando para mejorar la situación de género y estamos tomando algunas iniciativas nuevas ya que el progreso ha sido menor que el que queremos", ha admitido el banquero italiano.
Draghi ha felicitado al exministro de Economía español, Luis de Guindos, por su llegada a la vicepresidencia del BCE, que se hará efectiva en junio. "Estoy convencido de que será un buen colega para todos nosotros", ha asegurado.
Los aranceles anunciados por el presidente de EEUU, Donald Trump, y la amenaza del estallido de una 'guerra comercial' también se han abierto paso en la rueda de prensa del presidente del BCE. Ha advertido de los efectos perversos que estas medidas pueden provocar en la confianza y en la actividad económica, así como "en las relaciones internacionales". Y ha lanzado un mensaje muy concreto a la Casa Blanca: "Si pones aranceles a tus aliados, uno se pregunta quiénes son tus enemigos".
Como ya ha defendido en anteriores ocasiones, Draghi ha afirmado que el BCE debe ser cauto. "Todavía no podemos cantar victoria con la inflación", ha matizado, en referencia a que sigue "baja". En su opinión, la actuación del BCE debe sustentarse en tres pilares: "Necesitamos confianza, persistencia y paciencia". El banquero italiano constata así que la futura retirada de los estímulos será muy medida y será telegrafiada a los agentes económicos y financieros.
El cambio introducido por el BCE en su discurso, en el que ha prescindido ya de la referencia que la entidad todavía estaba dispuesta a "ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activos", ha sido adoptado de manera "unánime", tal como ha confirmado el propio Draghi.
En cuanto a la inflación, las nuevas previsiones del BCE confirman la ausencia de auténticas presiones inflacionistas, con lo que garantiza que la futura retirada de los estímulos será gradual. Mantiene su previsión de inflación en el 1,4% para 2018, reduce una décima, del 1,5% al 1,4%, la de 2019 y tampoco cambia la de 2020, que permanece en el 1,7%.
Las nuevas previsiones del BCE reflejan un mayor crecimiento para este año. Si en diciembre contemplaba un crecimiento del 2,3% en la Eurozona, ahora sitúa su previsión para 2018 en el 2,4%. Mantiene sin cambios las previsiones para 2019 y 2020, que siguen así en el 1,9% y en el 1,7%, respectivamente.
Draghi confirma que la recuperación sigue vigente en la Eurozona. Asegura que "el crecimiento en la Eurozona está previsto que se expanda a corto plazo más rápido de lo esperado". Otro guiño 'hawkish' -duro- que supone una novedad y que complementa el cambio del discurso encaminado hacia una futura retirada de los estímulos.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ya ha iniciado su rueda de prensa. Como de costumbre, primero leerá el comunicado oficial de la entidad y luego responderá a las preguntas de las periodistas.
Tras el cambio introducido en el comunicado de la entidad, toda la atención se centra ahora en la rueda de prensa que el presidente del BCE, Mario Draghi, ofrecerá desde las 14:30 horas. En ellas dará más detalles de esta decisión y ofrecerá las nuevas previsiones económicas de la entidad.
El euro reacciona con subidas moderadas al cambio de discurso del BCE. La 'moneda única', que esperaba a la entidad en torno a los 1,238 dólares, se aprecia hasta los 1,242 dólares.
El BCE ha dado otro paso hacia la futura retirada de los estímulos más extraordinarios, los relativos a las compras de activos (APP). Hasta la fecha, el BCE incluía en su orientación de expectativas ('forward guidance') que "si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activo". Ahora, sin embargo, ha eliminado esta mención del comunicado oficial, con lo que descarta reforzar las compras de deuda. Era lo previsto y confirma así la impresión de que las compras de deuda en el mercado terminarán en septiembre.
Tal como se esperaba, el BCE no ha tocado el núcleo duro de su política monetaria. Mantiene los tipos oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%. Además, seguirá dedicando 30.000 millones de euros al mes a la compra de deuda en el mercado.
A la espera de la futura interrupción de las compras de activos en el mercado, lo cierto es que su mantenimiento sigue engordando el balance del BCE. Alcanza ya los 4,51 billones de euros, un volumen sin precedentes, y más de 3 billones por encima de los 1,2 billones vigentes antes del estallido de la crisis en 2007.
Otro tema espinoso para Draghi será el relacionado con el gobernador del Banco Central de Letonia, Ilmars Rimsevics, envuelto en un caso de presunto pago de sobornos. Rimsevics ha defendido su inocencia y se ha resistido a dimitir, aunque este jueves no asistirá a la reunión del Consejo de Gobierno. Su puesto será ocupado por la subgobernadora de la entidad, Zoja Razmusa. Draghi será cuestionado sobre este asunto y sobre el impacto que puede tener en la credibilidad y las buenas prácticas de la institución.
Con toda seguridad, Draghi se enfrentará en la rueda de prensa a alguna cuestión sobre la designación de Luis de Guindos para la vicepresidencia del BCE en sustitución del portugués Vítor Constancio, cuyo relevo se hará efectivo en junio. Seguramente, el banquero italiano rehuirá cualquier polémica, pero la cuestión no dejará de tener su importancia por tratarse del primer caso en el que un ministro de Economía da el salto directo al Comité Ejecutivo del BCE.
La fortaleza del euro preocupa en Fráncfort porque supone una fuerza desinflacionista que, además, puede restar pujanza a la recuperación europea. Tras llegar a superar los 1,25 dólares en enero, pese a las quejas que el propio Draghi emitió sobre su volatilidad, ahora se mueve en torno a los 1,23 dólares, un cambio todavía incómodo para la institución monetaria. Sin duda, el euro será uno de los protagonistas de la cita, y más aún tras las últimas medidas de corte proteccionista anunciadas desde EEUU.