Óscar Giménez | Bolsamania | 08 sep, 2016 14:02 - Actualizado: 09 sep, 2016
Mario Draghi lleva el suficiente tiempo al frente del Banco Central Europeo (BCE) para saber cuándo debe pisar el freno. Y mostrarse cauto. Y a eso se ha dedicado en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria que el Consejo de Gobierno de la entidad ha celebrado este jueves en Fráncfort.
La cita no ha deparado ninguna de las sorpresas con las que especulaba el mercado. No ha tocado los tipos de interés, con lo que los oficiales permanecen en el 0% y los de depósito, en el -0,40%. Tampoco ha alterado el calendario del programa de expansión cuantitativo (QE), que por ahora se mantiene hasta marzo de 2017, siempre con el añadido de que podrá prolongarse más si resulta necesario. No ha introducido ninguna modificación en las variables definidas para ejecutar las compras de deuda pública y privada en el mercado. Y el Consejo tampoco ha discutido la posibilidad de recurrir a prácticas más directas para que sus medidas lleguen a la economía real, bautizadas metafóricamente como 'helicóptero monetario'. Draghi ha resumido todas estas decisiones en una única sentencia: "Por el momento no son necesarios estímulos adicionales".
Pero, como siempre, ha ido más allá. Porque ha trasladado dos ideas añadidas que, encadenadas, manifiestan las intenciones del BCE. La primera: "Si es necesario, el BCE actuará usando todas las herramientas disponibles dentro de su mandato". Y la segunda: "El Consejo de Gobierno ha encargado a los comités pertinentes la evaluación de las opciones para asegurar una fluida implementación de los programas de compras". Vamos, que todo indica que en el futuro, tal vez en diciembre, Draghi sí se sacará alguna maniobra de la chistera. Una más.