Las retenciones de IRPF de los trabajadores autónomos funcionan de forma diferente a las de los empleados. Descubre cuál debes incluir en tus facturas.
Existen muchas diferencias entre los trabajadores por cuenta ajena y los trabajadores por cuenta propia, pero hay dos que sobresalen sobre el resto: la gestión del IVA, inexistente para los primeros, y el cálculo de las retenciones de IRPF. El primero supone un engorro adicional para los autónomos, mientras que el segundo les facilita su tarea pero al mismo tiempo supone un grave perjuicio si se comparan lo que Hacienda retiene a unos y otros.
Para el cálculo de las retenciones de los trabajadores la Agencia Tributaria tiene en cuenta su nivel de ingresos y su situación personal, mientras que las retenciones de IRPF de los autónomos se establecen por ley como un porcentaje fijo sin contar con el nivel de ingresos la situación personal. De hecho, salvo excepciones todos los autónomos aplicarán el mismo tipo.
¿En qué consisten las retenciones de IRPF?
Las retenciones de IRPF son un adelanto que todo trabajador hace a Hacienda a cuenta de la declaración de la renta.
La Agencia Tributaria (AEAT) resta de la nómina de los asalariados y de las facturas que emiten los autónomos una cierta cantidad de dinero en concepto de los futuros abonos que estos deberán hacer en la declaración de la renta. Al final del ejercicio fiscal, si las retenciones han sido demasiado altas, el resultado de la declaración será a devolver, de manera que el asalariado recibirá la cantidad extra que se le retuvo. Si el resultado es a pagar, significará que las retenciones han sido demasiado bajas y el trabajador deberá ingresar la diferencia a haciendo.
Por defecto, todas las facturas deben incluir su correspondiente retención, aunque el tipo puede variar. También existen excepciones para determinados colectivos de autónomos.
Qué autónomos deben aplicar retenciones y qué tipo tienen que usar
Lo más habitual es que si trabajas como autónomo, tengas que retener en tus facturas. El porcentaje concreto dependerá de tu actividad y está marcado por Ley. Dicho de otra forma, no puedes optar por subir la cuota o bajarla a tu antojo.
Autónomos profesionales
La retención de IRPF para autónomos es del 15% por defecto. Hasta el año 2016 este porcentaje era del 19%, pero la reforma fiscal mejoró este punto.
El porcentaje de retención se restará del importe bruto a facturar, no del neto que incluiría también el IVA. Más adelante te explicamos exactamente cómo funciona ANCHOR
Autónomos en Módulos
El porcentaje que determina la retención se establece por ley. Desde 2016 se eliminó la obligación de tributar al 1% para determinadas actividades y ahora todas deben retener el 15% como cualquier otra actividad.
Actividades ganaderas y agrícolas
No todas estas actividades cuentan con la misma retención de IRPF. En este sentido, las actividades ganaderas de engorde de porcino y avicultura aplicarán el 1%, mientras que las actividades agrícolas y restantes actividades ganaderas incluirán el 2%.
Para poder seguir reteniendo de acuerdo al sistema de módulos, no deberán superar el umbral de exclusión de 150.000 euros para los ingresos ni de 200.000 para los gastos, sólo que en este caso no se aplicará la norma general de tener que facturar por lo menos el 50% a personas físicas.
Actividades forestales
Los autónomos que se dediquen a estas actividades deberán retener un 2%.
Retenciones para nuevos autónomos H2
Los nuevos autónomos tienen beneficios al darse de alta en el RETA. En concreto, el año en que se hagan autónomos y los dos siguientes podrán aplicar una retención del 7% en lugar del 15% del resto de profesionales.
Para poder beneficiarse de esta retención reducida para nuevos autónomos es necesario no haber realizado actividad económica alguna durante los doce meses anteriores.
Los autónomos que se dieron de alta entre 2013 y 2015 disponían de una reducción de sólo el 9%.
Esta reducción de la retención no es obligatoria. Es decir, cada autónomo puede decidir si la aplica o no. Su principal ventaja es que permite tener una mayor liquidez en el momento de comenzar la actividad, que es cuando más escasean los ingresos.
Autónomos que no deben aplicar retención
No todos los autónomos deben retener en sus facturas. Los empresarios no profesionales están exentos de incluir retención de IRPF.
Hacienda considera como empresario no profesional a quienes desarrollen actividades calificadas en la primera sección de las tarifas del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
Así se aplican las retenciones de IRPF en una factura
Las retenciones de IRPF son adelantos que los ciudadanos hacen a Hacienda en previsión del dinero que después deberán pagar al hacer la declaración de la renta y aunque la declaración de la renta como autónomo es ligeramente diferente a la del empleado, también está obligado a retener.
La retención de IRPF se calcula sobre la base de la factura antes de sumar el IVA y se resta sobre la misma. De esta forma, si el trabajo a cobrar es de 100 euros brutos, se le restará el 19%, por lo que el neto a cobrar será finalmente de 81 euros (otra cuestión diferente será después el IVA). Si quieres aprender a hacer tu primera factura de IVA en este artículo te explicamos cómo.
Rellenar el Modelo 111
Quienes además de emitir factura con su correspondiente retención como autónomo contraten los servicios de profesionales que retengan deberán rellenar el modelo 111 cada trimestral al igual que hacen el IVA.
A través del Modelo 111 trimestral se ingresarán a Hacienda las retenciones de IRPF de los autónomos que te han emitido factura. En este post te explicamos cuándo y cómo rellenar el modelo 111.
Además, recuerda que si más del 70% de tus facturas incluyen retenciones de IRPF no estarás obligado a presentar la declaración trimestral según el modelo 130.
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