Los beneficios obtenidos a través del pago de dividendos deben incluirse en la declaración de la renta 2013 dentro de las rentas del ahorro. Sin embargo, existen ciertas excepciones y, sobre todo, exenciones que merece la pena recordar. Y es que la fiscalidad de los dividendos establece una cantidad que está exenta de pagar impuestos.
Los dividendos se consideran un rendimiento del capital mobiliario a efectos de la declaración de la renta y como tales tributarán en el IRPF, en este caso junto con el resto de rentas del ahorro. De esta forma, se integrarán junto con el resto de las ganancias que forman parte de nuestras inversiones para tributar en función de la sigiente tabla.
Conviene aclarar que estos tres tramos se aplicarán al total de las rentas obtenidas y que tienen un carácter progresivo. Esto quiere decir que si hemos ganado 10.000 euros pagaremos un 21% hasta 6.000 euros y un 25% por los 4.000 euros restantes.
Capital exento de tributar
La Ley de IRPF y, más concretamente, el artículo 7, establece que estarán exentos de tributar en la declaración de la renta los primeros 1.500 euros obtenidos vía dividendos. De esta forma, sólo se pagarán impuestos de las cantidades que excedan ese dinero. Para poder beneficiarse de esta exención se deben cumplir una serie de requisitos:
- Los dividendos no pueden ser distribuidos por instituciones colectivas o IIC. Esto deja fuera los fondos de inversión.
- La acción que reparte dividendos debe hacerse adquirido dos meses antes del pago de dividendos.
Dividendos en divisa extranjera
Es muy habitual recibir dividendos en moneda diferente del euro, especialmente en dólares. En este caso habrá que hacer el cálculo según el cambio del día del cobro de los mismos y sumar estas cantidades al montante total ingresado.
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