Desde el año pasado se lleva debatiendo cómo será la nueva declaración de la renta y, aunque parece que entre las recomendaciones del panel de expertos y los cambios que plantea implementar el ejecutivo media un abismo, empezamos a tener algo más claro cómo estará estructurado el nuevo IRPF.
Lo que parece seguro es que no se recuperarán los tramos vigentes en 2011 o por lo menos así lo ha expresado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y, sin embargo, el objetivo del Gobierno es revertir la subida de tipos aplicada de forma temporal en 2012 y 2013 y que a priori sigue vigente en 2014 salvo que finalmente se indique lo contrario, cosa muy dudosa. De esta forma, la reforma fiscal de 2014 no entraría en vigor hasta la renta 2015 y ese ejercicio fiscal.
Los cambios que se planten con la reforma fiscal de 2014 pasan por hacer un IRPF menos gravoso para las rentas más bajas a través de cuatro acciones concretas:
- Revisión de los mínimos exentos, que se verían ampliados para que quienes menos ingresan también paguen menos. Convienen recordar que el mínimo exento se encuentra actualmente en los 16.952 euros.
- Revisión de los tramos de IRPF a la baja como una marcha atrás en el incremento de llevado a cabo en 2012. La estrategia que más peso ha ganado en los últimos meses es la de reducir el número de tramos a tres o cuatro y modificar, al mismo, tiempo, los tipos marginales. Así mismo se buscará que las grandes rentas no acudan al impuesto de sociedades como fórmula para eludir el IRPF bajando también el tipo marginal al que deben tributar por debajo del 50% vigente en muchas autonomías.
- Cambios en la fiscalidad del ahorro y los bienes mobiliarios. Ahora mismo prácticamente todas las rentas del ahorro tributan a una misma escala fija en el IRPF. En concreto, se atienen a tres tramos en función de las ganancias totales: 21% para los beneficios hasta 6.000 euros, 25% para las ganancias entre 6.000 y 24.000 euros y 27% a partir de esa cantidad. Esto supone un importante gravamen para las grandes fortunas y los grandes patrimonios. Se tratará también de incentivar el ahorro a largo plazo a través de ventajas fiscales que actualmente sólo afectan a planes de pensiones y PIAs. Ahora mismo lo más sencillo sería diferir el pago de impuestos en determinados productos hasta el momento del rescate, ya que no parece muy claro que vayan a incluirse rebajas en la base imponible como de las que disfrutan los planes de pensiones.
- Menos deducciones. Todavía está por ver a qué elementos afectaría en función de las actuales deducciones disponibles en el IRPF y pese a los distintos rumores, parece que elementos como la vivienda quedarán al margen de los cambios. Estudios, adopciones y otras deducciones autonómicas sí se podrían ver afectadas.
¿Y el IVA?
El IVA es otro de los grandes caballos de batalla de la reforma fiscal. Desde la Unión Europea y el panel de expertos fiscales abogan por una subida del IVA hasta el 23%, pero no parece que el Gobierno esté muy por la labor en este momento. Conviene recordar que actualmente existen tres tipos de IVA que son los siguientes:
- IVA general -21% (antes 18%)
- IVA reducido -10% (antes 8%)
- IVA superreducido – 4%
Después del aumento del IVA en 2012 el Ejecutivo parece reacio a nuevos cambios porque, entre otras cosas, podría lastrar todavía más el consumo interno. Esto no quiere decir que no se puedan mover algunos productos y servicios de una categoría a otra, como ya ocurrió en 2012.
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