Bonos ligados a la inflación. Este es el nombre de la última idea del Gobierno para captar fondos en forma de deuda que los resultados de su primera ronda de emisión avalan como positiva. Os explicamos en qué consisten y cómo tributan estos bonos ligados a la inflación.
Los bonos ligados a la inflación son un tipo de deuda emitida por el estado en forma de bono que cuentan con la peculiaridad de estar indexados a la inflación. En este sentido, el bono incrementa el principal de la inversión en función de la evolución de un índice de precios. De esta forma, supone un ingreso adicional sobre el cupón que se percibe en un bono al uso.
En forma de ejemplo, si tenemos un bono normal de 1.000 euros a 10 años que ofrece una rentabilidad del 3% podemos esperar cobrar cada año ese cupón del 3% y recuperar al final del periodo sus 1.000 euros. Con un bono ligado a la inflación, además de este cupón anual cobrarán al final del periodo de 10 años el porcentaje que se haya incrementado la inflación. Si ha sido, supongamos del 5%, cobrarán 50 euros más.
Cómo funcionan los bonos ligados a la inflación
El funcionamiento básico de los bonos ligados a la inflación es sencillo y no difiere en muchos aspectos de un bono al uso. De esta forma, las emisiones en ambos casos se producen a través de subasta pública ordinaria que se puede adquirir directamente o, como suele ser más habitual, a través de un banco. Del mismo modo, también se aplicará la legislación general que al resto de bonos y obligaciones del Estado.
La principal diferencia estriba en la forma de pago. Un bono normal rendirá el principal, es decir, lo invertido, más el cupón correspondiente. En el caso de los bonos indexados a la inflación, el rendimiento de los cupones es menor al principio, pero que van aumentando cada año precisamente para compensar la inflación. Hay que tener en cuenta, eso sí, que el cupón sólo crecerá si lo hace la inflación. En periodos de deflación el cupón se mantendrá.
Como ocurre con el resto de bonos, existe todo un mercado secundario de renta fija en el que se pueden vender y traspasar los derechos de este tipo de deuda antes de su vencimiento. En el caso de los bonos indexados a la inflación, países como Francia, Alemania y Francia vienen realizando emisiones desde hace tiempo, por lo que existe un mercado líquido que permite vender el producto sin tener que esperar al final del periodo contratado.
Qué índice de IPC utilizan
Los bonos ligados a la inflación no dependen del IPC nacional, sino que están indexados al Índice de Precios al Consumo Armonizado excluyendo los precios del Tabaco. El IPCA no es sino una versión algo diferente del IPC que se realiza siguiendo las directrices de Eurostat, el organismo estadístico europeo y encargado de su publicación.
Todos los meses en torno al día 12 podremos consultar la evolución de este índice de precios.
Cómo tributan los bonos ligados a la inflación
La fiscalidad de los bonos ligados a la inflación no difiere de la que se aplica al resto de Bonos y Letras del Tesoro. Las ganancias obtenidos a través de estas emisiones de deuda forman parte de las denominadas rentas del ahorro y se integran junto al resto beneficios provenientes de la inversión -existen algunas excepciones como los planes de pensiones- para tributar en torno a tres tramos que son los siguientes:
- Ganancias hasta 6.000 euros – tributan al 21%
- Ganancias entre 6.000 y 24.000 euros – tributan al 25%
- Ganancias superiores a 24.000 euros – tributamn al 27%
Esto quiere decir que si hemos ganando 25.000 euros a través de diferentes inversiones como acciones, fondos de inversión, depósitos, etc. una vez compensadas pérdidas y ganancias, pagaremos 1260 euros (21%) por los primeros 6.000 euros, más 4.500 euros por las ganancias en el segundo tramo entre 6.000 y 24.000 euros, más 270 euros por las del último tramo. En total, nuestra factura fiscal se elevará hasta los 6.030 euros de los cuáles Hacienda muy posiblemente ya haya ingresado 5.250 vía retenciones de IRPF que se practican al recibir las ganancias.
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