La figura del autónomo ha crecido mucho durante los últimos años. Muchas empresas han optado por la contratación externa a la hora de ahorrar costes, y así evitar algunos despidos, aunque en algunos caso no ha sido posible. La externalización de servicios supone un ahorro importante y además una mayor especialización de la tarea. Los autónomos se centran en una función concreta, y se dedican en exclusiva a ella. Por eso en la mayoría de los casos la productividad es mucho mayor.
A pesar de las diferencias con España, los últimos cambios de tarifas nos han hecho acercarnos un poco más a estas condiciones, pero solo durante unos meses. Los nuevos autónomos y los menores de 30 años, podrán optar a una reducción del 80, 50 y 30% de la cuota, desde los 6 meses en adelante y hasta un máximo de 18 meses, tras lo cuales se pagará la cuota normal de 261,83 euros. Los tramos quedarían de la siguiente manera:
España, uno de los países dónde más cuesta ser autónomo
A pesar de ser una buena opción, los trámites y costes que implican ser autónomo son algo complicados. Recientemente, un estudio de Forbes, ha situado a España en no muy buena posición al respecto. Las declaraciones trimestrales de IVA, junto con el pago de la cuota mensual de 260 euros, además de la emisión de facturas, IRPF y algún que otro concepto más nos sitúan en las últimas posiciones del ránking respeto a otros países como Francia que se sitúa en primera posición con una puntuación de 9,5 sobre 10.
En Francia los autónomos no pagan cuota de ningún tipo durante el primer año, y tienen derechos gratuitos como el de sanidad o jubilación. En Reino Unido no hay declaraciones de IVA y las cuotas se encuentran entre 13 y 58 euros. Sin duda unas condiciones que muchos firmarían sin dudarlo.
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