El resultado de la declaración de la renta se expresa en términos positivos o negativos, a devolver o a ingresar. Te contamos cómo averiguar el de tu IRPF.
Al final de interminables hojas de datos y números a veces dicíciles de desfrizar aparece el strong>resultado de la declaración de la renta. Esta es la única cifra que le importa a la mayoría de personas y que determinará si tienen o no que pagar en el IRPF.
El resultado del IRPF aparece reflejado en la casilla 610 de la renta, que se corresponde con la última página (también en el Programa Padre). El signo de la declaración y del cálculo de los impuestos puede ser ser positivo o negativo -en este último caso, la cantidad se consignaría precedida del signo menos (-)-.
Resultado de la renta a devolver o a ingresar
En términos numéricos es fácil aclararse. Cuando aparece el signo negativo o de menos delante de la cifra es que será Hacienda quien devuelva el dinParece bastante claro. Por desgracia siempre ocurre lo mismo con las palabras.
Cuando se habla del resultado de la declaración de la renta en términos de resultado a ingresar o a devolver es fácil que surjan dudas. En este sentido, las preguntas de los contribuyentes tiene que ver con la interpretación de quien ingresa y quien devuelve, aunque la solución es bastante sencilla. La primera persona siempre es la Agencia Tributaria, de forma que cuando el resultado del IRPF es a ingresar, indica que debemos pagar a Hacienda. Por el contrario, si el resultado a devolver, la AEAT será la que nos haga el ingreso.
De forma resumida:
- Resultado a ingresar: pagamos a Hacienda paga.
- Resultado a devolver: Hacienda paga.
Resultado a ingresar: opciones
Cuando el resultado a es a ingresar y hay que pagar a Hacienda lo primero será asegurarte de que estás obligado a presentar la declaración de la renta. Y es que una cosa es el resultado del IRPF y otra bien distinta la obligación de declarar. De hecho, es muy común que para una persona con ingreso
s bajos -por debajo de los 22.000 euros con un solo pagador que marca la ley para tener que hacer el IRPF- el resultado sea a pagar y que opte, lógicamente, por no hacer la renta.
A partir de ahí se puede optar por pagar de golpe el dinero que nos reclama Hacienda en el IRPF a través de domiciliación bancaria o, por el contrario solicitar el pago a plazos de la renta. La Agencia Tributaria permite dividir el pago del IRPF en dos ingresos. El primero de ellos se realiza nada más hacer la declaración y es del 60%.
El segundo pago se efectúa en noviembre y supone el abono del 40% restante.
Resultado a devolver: límites, plazos y trámites
Existen una serie de límites a las devoluciones que Hacienda puede practicar y que generalmente esta?an marcados por las retenciones a cuenta de IRPF en nómina. Dicho de otra forma, la AEAT te quita un dinero cada mes en previsión de lo que tendrás que pagar y después nunca te dará más de esa cantidad, salvo ayudas especiales como las que se otorgan a las madres trabajadoras con hijos menores de 3 años a cargo.
Plazos con el resultado a devolver
En principio que el resultado de la declaración de la renta sea positivo o negativo no tiene por qué indicir en los plazos y trámites. En teoría Hacienda debería encargarse de todo de forma automática. Pero como casi siempre pueden surgir complicaciones cuando el dinero sale y no entra en las cuentas de la AEAT.
Lo primero que debes saber en ese sentido es que no hay un plazo máximo para ingresar el resultado de la declaración de la renta. Sin embargo, si no a 31 de diciembre de ese año no tienes el dinero en tu cuenta, Hacienda deberá incluir en la devolución los intereses de demora marcados por la ley y que puedes consultar en este enlace.
En este sentido, si ves que después de dos semanas tras haber entregado la declaración todavía no has recibido el dinero, deberías consultar el estado de tu declaración para comprobar si hay algún tipo de problema con ella. Se trata de un proceso sencillo que explicamos detenidamente en este enlace.
Cómo se forma el resultado de la renta
El resultado de la declaración es el final de una serie de cálculos y, de forma más práctica, de cifras que vas introduciendo en las diferentes casillas del IRPF, aunque en este punto hay algunas más importantes que otras.
La primera en la que nos detendremos es la casilla 455 que recoge la Base Imponible General, entendida como la suma de todos los ingresos generales tributarios, desde la nómina hasta lo que percibes por un alquiler pasando por los premios, las subvenciones….. En la casilla 465 veremos la Base Imponible del Ahorro que es como la anterior, sólo que aplicado a la inversión. Aquí tendremos el dinero de las cuentas corrientes, fondos, depósitos, acciones… Prácticamente todo salvo los planes de pensiones.
A estas cantidades se aplicarán una serie de reducciones como la de tributación conjunta, por ejemplo, para dar en la casilla 490 con la Base Liquidable General y en la casilla 495 con la Base Liquidable del Ahorro. Sobre este capital se calculará el impuesto concreto.
Después aterrizaremos en la casilla 545, dedicada a la Cuota Íntegra Estatal y la casilla 546 para la Cuota Íntegra Autonómica, ya que el IRPF se divide en dos partes, la nacional y la regional. Sobre estas cantidades se aplicarán una serie de reducciones hasta dar en la casilla 601 con la Cuota de Autoliquidación, que son los impuestos que habremos de pagar.
Lo que ocurre es que después esa cifra se enfrentará a lo que ya hemos adelantado vía IRPF y que podremos consultar en la casilla 610 de Pagos a Cuenta. Finalmente en la casilla 620 se mostrará el Resultado de la Declaración, la diferencia de restar a la casilla 605 la casilla 606.
¿Te ha quedad claro? Si es así ayúdanos a difundirlo y sino, pregúntanos lo que quieras.
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