Una de las primeras cosas que debe hacer un autónomo o una startup es al darse de alta es decirle a Hacienda cuál es tu domicilio fiscal y cuál tu domicilio social. Parecen lo mismo pero no lo son y conviene conocer las diferencias.
Al darte de alta como autónomo debes indicarle a la Agencia Tributaria cómo localizarte para el envío de notificaciones. En este sentido, la obligación no difiere de la de un contribuyente al uso, que también debe fijar una residencia y está obligado a informar a la AEAT de cualquier cambio en la misma.
Lo que sí cambian son los términos. Aunque como autónomo no tienes por qué tener domicilio social -esto es algo exclusivo de las emrpesas-, sí que conviene conocer la diferencia entre el domicilio social y el fiscal por si en algún momento decides pasar de ser empresario a tener tu propia empresa. Y es que tu start up sí necesitará tener un domicilio social.
El domicilio social
El domicilio social de una empresa es como su casa. Cuando se crea la empresa -en realidad cualquier tipo de sociedad mercantil- será necesario fijar el domicilio social en la escritura que se entrega al notario.
El domicilio social de la empresa debe ser público y así será una vez se inscriba en el Registro Mercantil. De esta forma, cualquier persona que quiera podrá localizar la empresa. En la mayoría de casos, el domicilio social es donde se administra y se dirige la empresa y éste no tiene por qué coincidir con el de la tienda o establecimiento comercial, en caso de haberlo.
Antes de elegir el domicilio social de la empresa hay que pensarlo detenidamente, ya que éste sólo se podrá cambiar mediante escritura pública que además después habrá que enviar al Registro Mercantil para que cambie los datos públicos de la compañía, así como a los Juzgados para que te localicen en caso de problemas legales y, por supuesto, a Hacienda.
El domicilio fiscal
El término domicilio fiscal es mucho más cercano y la mayoría de personas están familiarizados con él o deberían estarlo. El domicilio fiscal no es sino aquel que se señala para recibir las notificaciones de la administración. Es donde Hacienda y el resto de administraciones enviarán las notificaciones y donde se entenderán que se han recibido incluso si nadie las recoge. A diferencia del domicilio social, el domicilio fiscal es fácil de cambiar y bastará con cumplimentar el modelo 036 de comunicación censal de la AEAT para hacerlo –aquí te explicamos cómo hacerlo-.
El domicilio fiscal no figura en las escrituras de la empresa.
En cierto sentido el domicilio social es como tu residencia permanente y el fiscal la que puedes cambiar en función de donde estés en cada momento, algo parecido a lo que muchas personas hacen con el padrón y el domicilio fiscal erróneamente. Y es que si no cambias tu empadronamiento Hacienda puede buscarte las cosquillas en cuestión de deducción por compra de vivienda y por alquiler y lo mismo si cambias el padrón pero no tu domicilio fiscal antes de hacer el IRPF.
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Imagen – Gyuszko-Photo y
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