Es fácil confundir términos cuando se trata de impuestos y fiscalidad, especialmente cuando hasta se parecen. Sin embargo, es clave tener claro el significado exacto de cada concepto. Un bien ejemplo es la diferencia entre elusión y evasión fiscal.
Aunque puede parecer que la elusión tributaria y la evasión tributaria son lo mismo, solo uno de ellos es un delito.
Qué es la elusión fiscal
La elusión fiscal consiste en eludir el pago de impuestos. Consiste en usar prácticas legales para evitar pagar determinados impuestos o reducir al máximo tu factura fiscal.
En otras palabras, la elusión aprovecha las herramientas que te da el sistema, incluidas las lagunas y vacíos legales, para pagar la menor cantidad de impuestos.
La elusión fiscal no es ilegal, aunque llevada al extremo puede llevar a problemas con el fisco si Hacienda cambia su criterio o reinterpreta su propia normativa, que es en parte lo que pasó en el caso de Xabi Alonso.
Y es que, los esquemas más complejos y avanzados de elusión fiscal aprovechan la ambigüedad de la normativa para interpretarla a su favor, aunque siempre teniendo en cuenta el criterio de Hacienda en esos momentos. Así, pueden moverse en el borde de la legalidad, pero siempre sin la intención de incumplirla.
Algunos ejemplos de elusión fiscal serían:
- Aprovechar deducciones para pagar menos impuestos.
- Utilizar las herramientas leales para limitar el pago de impuestos.
- Radicar una empresa en la comunidad con mejor tratamiento fiscal.
- Utilizar paraísos fiscales para proteger tus bienes.
En resumen, la elusión fiscal es una prácticamente totalmente legal en la que simplemente aprovechas tus conocimientos y las herramientas del sistema para pagar menos impuestos. Eso es lo que llevan años haciendo muchas empresas que se afincan en Irlanda, por ejemplo, o inversores que aprovechan la posibilidad de compensar pérdidas y ganancias patrimoniales para limitar lo que pagan por sus inversiones.
Qué es la evasión fiscal
La evasión tributaria también busca limitar el pago de impuestos, pero para ello utiliza cauces ilegales. En otras palabras, se trata de prácticas que directamente incumplen la normativa o su espíritu para obtener una ventaja fiscal
Algunos ejemplos de evasión fiscal incluyen:
- Ocultar facturas o ingresos y bienes.
- Realizar facturas falsas o facturación cruzada entre empresas pantalla.
- Poner bienes de la empresa o propios a nombre de otra persona.
En general, cualquier práctica ilegal que busque no pagar impuestos o pagar menos impuestos de los que corresponde.
La evasión fiscal es sinónimo de fraude fiscal, es una práctica contraria a la ley y penada. Si Hacienda detecta que estás evadiendo el pago de impuestos, te multará.
Diferencias entre elusión y evasión fiscal
La principal diferencia entre la elusión y la evasión tributaria es que la primera es una práctica legal y la segunda, no, así de simple. La evasión no es legal y parte de la intención de defraudar para pagar menos impuestos.
A partir de ahí, hay casos de elusión fiscal que bordean la evasión porque realizan interpretaciones extremas de la ley o, simplemente, utilizan los mecanismos disponibles de forma que bordean el fraude de ley.
Un ejemplo sería el de una persona que presenta una declaración incorrecta para poder acceder a una subvención y, tras presentar la solicitud, presenta una declaración complementaria para rectificar el error como si se hubiera equivocado u olvidado un dato. Este es un caso extremo de elusión, ya a ojos de Hacienda no se ha hecho nada ilegal, pero si el fisco investiga o no se devuelve la subvención, entraríamos directamente en un caso de fraude.
Otro caso sería el de una persona que utiliza fondos monetarios para saltarse la norma FIFO en fondos de inversión. Se trata de una estrategia agresiva y compleja para pagar menos impuestos, pero legal. Lo mismo ocurre con otras estrategias que buscan saltarse la regla de los dos meses para compensar ganancias y pérdidas.
¿Algo que añadir? ¡No te cortes!