Las emisiones de bonos sirven al Estado y a las empresas para financiarse. Esto es lo que debes saber sobre cómo tributan los bonos y su funcionamiento.
Nuestra serie sobre la fiscalidad de los productos financieros nos lleva a analizar en este caso la fiscalidad de bonos, pero antes de entrar en materia conviene repasar qué es un bono y quienes pueden emitirlos. Y es que uno de los errores más habituales es confundir bonos con letras del tesoro al manejar nuestras finanzas personales e inversión.
¿Qué es un bono?
Desde un punto de vista estrictamente teórico, un bono es una obligación financiera que contrae el inversionista o, dicho de otra forma, un promesa de pago futuro por la inversión de una determinada cantidad de dinero en una empresa o país, generalmente.
En realidad, un bono es la emisión de deuda por parte de un estado o una empresa para financiarse. Es decir, el Estado o la compañía emiten deuda a un plazo determinado y con una rentabilidad predeterminada que después se negocia en el mercado de renta. En ese punto será decisión de cada inversor cobrar el cupón que promete el bono con la rentabilidad pactada o venderlo a través del mercado secundario de renta fija.
En el caso de los bonos del Estado, existen emisiones a dos, tres y cinco años, ya que para periodos más largos existen las obligaciones del Estado. En el caso de las empresas las emisiones pueden ser superiores.
Como tributan los bonos en la renta
La fiscalidad de los bonos no distingue su procedencia. Es decir, no importa si se trata de Bonos del Estado, bonos patrióticos, como vienen denominándose los bonos emitidos por las Comunidades Autónomas o de bonos de empresas ahora que los bancos se han lanzado a la emisión de los mismos. Del mismo modo, tampoco diferencia el periodo de emisión ni el tipo de bono, bien sea este un bono convertible.
A efectos fiscales, los bonos tienen consideración de rendimiento de capital mobiliario en el ejercicio que se perciben y por lo tanto se integrarán dentro de la renta del ahorro junto en el resto de productos financieros. Esto quiere decir que tributarán a los siguientes tipos.
- Los primeros 6.000 euros, al 19%
- Desde 6.000,01 euros hasta 50.000 euros, al 21%
- A partir de 50.000,01 euros, al 23%
Eso sí, sólo habrá que pagar por los rendimientos que generen, bien mediante el cupón o por su transmisión o amortización. En este punto conviene diferenciar la forma en la que se obtiene el beneficio porque Hacienda calculará de forma distinta la rentabilidad al hacer la declaración de la renta 2016.
Retención de IRPF
El rendimiento de los bonos está sujeto a retención de IRPF ENLACE TAG. La retención que se aplica sobre los bonos es del 19% sobre llos intereses o cupones.
En el caso de amortización anticipada, es decir, de su venta en el mercado de deuda, esta retención no se aplicará.
Gastos deducibles
Los gastos deducibles de los bonos incluyen los gastos y comisiones de administración y depósito como valores negociables.G
Fiscalidad del cupón
En caso de cobrar el cupón o interés marcado por el bono, el beneficio se integrará dentro de la base del ahorro como rendimiento de capital mobiliario y tributará a los tipos que ya hemos visto.
Además, al cupón se le aplicará una retención del 19%.
Fiscalidad de su amortización anticipada
Quienes opten por vender anticipadamente el cupón también tendrán que pagar impuestos. En este caso el bono también tributará dentro de la renta como rendimiento de capital mobiliario.
El beneficio se medirá por la diferencia entre el precio de compra y el de venta. A este cálculo podrán restarse los gastos accesorios de adquisición y enajenación, siempre que estén justificados.
La diferencia respecto al cupón es que Hacienda no cargará retención de IRPF. Esto obligará a planificar mejor el pago de impuestos porque igualmente habrá que hacer frente al tipo mínimo del 19% en la declaración de la renta.
Fiscalidad de los bonos convertibles
Los bonos convertibles son un tipo de producto que, alcanzada la fecha de vencimiento, pueden convertise en acciones.
Estos bonos también se conocen como bonos autocanjeables. Al convertirse en acciones, los bonos generarán un rendimiento de capital mobiliario que se calculará según la diferencia entre el valor de conversión, es decir, la cotización de las acciones en ese momento, y el valor de compra de los bonos.
Como es lógico, en este caso puede existir un rendimiento positivo o negativo si el valor de las acciones en ese momento es inferior al de la compra de los bonos convertibles. En ese caso el rendimiento negativo de capital mobiliario podrá compensarse con ganancias del mismo tipo.
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