Las Sicav o Sociedades de Inversión de Capital Variable llevan tiempo en el candelero por su papel como vehículo de inversión para las grandes fortunas. De hecho, una de las claves de la nueva ley contra el fraude fiscal se centra en cómo tributan las sicav.
Antes de evaluar su fiscalidad es importante empezar por el principio, qué son y cómo funcionan estas sociedades.
Qué es una sicav
Una sicav es una Institución de Inversión Colectiva (IIC), igual que un fondo de inversión. Su objetivo es el de gestionar y hacer crecer el capital que aportan sus accionistas.
La diferencia es que la sicav tiene forma jurídica de sociedad anónima (por ese se habla de accionistas y no de partícipes). En otras palabras, es una empresa que puede beneficiarse de algunas ventajas de los fondos de inversión. De hecho, las sicav se rigen tanto por la Ley 35/2003 de IIC como por la por la Ley de Sociedades de Capital.
Para poder constituirse como Sicav es necesaria una inversión inicial de 2,4 millones de euros y contar por lo menos con 100 accionistas fundadores. La nueva ley contra el fraude fiscal impone, además, que cada accionista debe aportar por lo menos 2.500 euros para beneficiarse de las ventajas fiscales propias de las sicav.
¿Y cuáles son estos beneficios impositivos de las sicav? ¿Es cierto que no pagan impuestos? ¡Vamos a verlo!
Cómo tributan las Sicav
Al hablar sobre la fiscalidad de las sicav hay que diferenciar entre los impuestos que paga la sicav y los que pagarán los accionistas. El mito de que las sicav no pagan impuestos se limita a las primeras. Quienes invierten en una sicav sí que tributarán, como veremos más adelante.
La fiscalidad de las sicav le permite tributar a los tipos de las ICC, que están fijados en el 1%. Esto quiere decir que sólo pagarán un 1% por los beneficios que obtengan, exactamente igual que un fondo de inversión.
¿Dónde está entonces la polémica? En que el tipo general del Impuesto de Sociedades para cualquier empresa es del 25%. El resultado es que una sicav puede crecer mucho más rápido que una empresa si hablamos de estructurar un gran patrimonio en una sociedad al uso o una sicav.
Los cambios introducidos por la Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal han endurecido los requisitos para poder disfrutar de esa ventaja fiscal. Ahora mismo sólo pueden hacerlo las sicav con más de 100 miembros y en los que cada uno haya aportado 2.500 euros de capital o 12.500 euros en el caso de SICAV por compartimentos.
Qué impuestos pagas como accionista de una sicav
Ahora que ya sabes cómo tributan las sicav como sociedades llega el turno de ver cómo tributan sus accionistas. En otras palabras, la fiscalidad de la inversión en sicavs.
Y es que hay algo que debes tener claro, como accionista de una sicav siempre tendrás que pagar impuestos por el dinero que ganes. Estos impuestos los pagarás al vender tus acciones.
La transmisión o venta de acciones de la sicav generará una ganancia patrimonial por la diferencia entre el valor de compra y de venta. Es decir, que su fiscalidad en este punto es la propia de las acciones.
La ganancia o pérdida que obtengas se incluirá en el IRPF dentro de la base del ahorro que va desde el 19% hasta el 26% en función de beneficio total que logres. La sicav aplicará, además, una retención del 19% sobre ese capital.
Hay una excepción a esta regla general, que se da cuando traspasas tus acciones a otra sicav. Si esta tiene más de 500 accionistas en origen estará exento de tributar, igual que ocurre con la fiscalidad de los fondos de inversión.
Por su parte, los dividendos que pueda repartir la sicav también tributarán como cualquier dividendo al uso. Es decir, se consideran un rendimiento de capital mobiliario que también se incluye dentro de la base del ahorro.
¿Algo que añadir? ¡No te cortes!