Lanzan libro sobre prácticas de consumo y endeudamiento de familias vulnerables de la zona rural
En la investigación participaron el SERNAC, la Fundación para la Superación de la Pobreza y el Instituto de Estudios Municipales de la Universidad Autónoma.
- El estudio concluyó que las familias que habitan en estas comunas prefieren utilizar los mecanismos informales de endeudamiento, tales como préstamos de familiares y amigos.
- Respecto del acceso formal al crédito, se aprecia una paulatina masificación, principalmente a través de cajas de compensación, tiendas comerciales, y en muy menor medida, a través de bancos.
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), la Fundación para la Superación de la Pobreza (FUSUPO) y el Instituto Chileno de Estudios Municipales (ICHEM) de la Universidad Autónoma, lanzaron esta mañana el libro titulado “Prácticas de Consumo y Niveles de Endeudamiento en Familias Vulnerables de la Zona Rural de la Región Metropolitana”.
En la actividad estuvieron presentes el Director Nacional del SERNAC, Ernesto Muñoz; el Presidente de la Fundación Superación de la Pobreza, Juan Carlos Feres; y el Secretario General del ICHEM, Camilo Vial.
Se trata de una investigación realizada en conjunto por las tres entidades, la cual indagó las prácticas de consumo y endeudamiento de las familias de cuatro comunas de la Región Metropolitana, dos de ellas consideradas altamente rurales, como es el caso de Alhué y San Pedro; y dos medianamente rurales, como Calera de Tango y el Monte.
El estudio incluyó entrevistas a actores que manejan información sobre el panorama comunal en materia de consumo y endeudamiento, entre ellos, funcionarios municipales que se desempeñan en áreas de desarrollo comunitario, económico y de fomento producto.
Además, la investigación consideró dos “focus group” por cada comuna, donde se incluyó a personas que manejaban presupuesto familiar, algunos con niveles de endeudamiento y otros no endeudados.
Principales hallazgos
Al analizar las alternativas crediticias y de endeudamiento, este estudio concluyó que las familias de estas comunas, en general, prefieren utilizar mecanismos informales, como préstamos de familiares y amigos o recurrir al “fiado”, los cuales se basan en la confianza. Esta situación responde a las redes y al capital social que se forma entre los habitantes de las zonas rurales.
Respecto del acceso formal al crédito, se aprecia una masificación con el paso del tiempo, principalmente a través del acceso mediante cajas de compensación, tiendas comerciales, y en muy menor medida, a través de bancos.
El acceso a crédito del retail se explica por el mayor acceso, principalmente en las comunas medianamente rurales, por la fusión de los supermercados locales con las grandes cadenas.
La investigación concluyó que la débil actividad económica que existe en las comunas se expresa en la mayoría de los habitantes tiene bajos e irregulares ingresos, debido principalmente a que un porcentaje importante de la población tiene trabajos temporales asociados a la agricultura. Esto ocasiona que el patrón de endeudamiento sea bastante acotado en términos de magnitudes monetarias, pero muy significativo para el presupuesto de familias vulnerables.
Respecto de la alfabetización financiera, la investigación señaló que el dominio que las familias poseen es bajo, lo que se ve reflejado principalmente en el desconocimiento respecto de los derechos al solicitar un crédito.
Asimismo, este estudio indicó que en general existe un alto nivel de desconocimiento respecto de los alcances de la Ley de Protección de los Derechos de los Consumidores.
Por otro lado, los habitantes de estas comunas desconocen a quién o dónde acudir en caso de ser afectados por un incumplimiento o un abuso, a lo que se suma los costos de movilización, tiempo y dinero para acudir a las instituciones. Es decir, al evaluar la relación costo–beneficio de ir a reclamar, las personas optan por no ir, dado que les conviene más pagar una deuda mal cobrada que gastar en movilización y perder tiempo en un trámite que, probablemente, tenga un resultado insatisfactorio para ellos.
A esto se agrega la poca alfabetización digital y disponibilidad de infocentros públicos en estas zonas, lo que les impide tener acceso a los servicios virtuales.