Chile es el país de menor crecimiento de la Alianza del Pacífico
El PIB nacional avanzó un 1,5% en 2016, por debajo de Colombia (2%), México (2,3%) y Perú (3,9%). Chile superaría a México en 2017 dada la probable desaceleración en ese país causada por Trump.
Por tercer año consecutivo, la economía chilena registró el crecimiento más bajo entre los socios de la Alianza del Pacífico, que componen, además de Chile, Colombia, México y Perú.
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Esto luego de que la actividad nacional anotara una expansión de 1,5% en 2016, dato que, si bien aún es preliminar hasta la confirmación en las Cuentas Nacionales del 20 de marzo, se ubica por debajo de los avances de las economías miembros de este bloque.
Al respecto, Perú registró el mayor dinamismo dentro del grupo con un incremento de 3,9% el año pasado, la tasa más elevada desde 2013. La actividad en este mercado se vio impulsada principalmente por el sector minero dado el comienzo de las operaciones de diversos yacimientos.
En segundo lugar se ubicó México, donde el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó este miércoles que la economía aumentó 2,3% el año pasado, levemente por encima de lo previsto (2,1%), aunque menor al alza de 2,6% exhibida en 2015.
El PIB mexicano se vio alentado por el sector primario (extracción de recursos), que trepó 4,1%, y por el sector terciario (servicios), que escaló 3,4%.
“La mayor desilusión en términos de actividad provino del sector secundario, que no registró crecimiento en 2016 luego de una decepcionante expansión de 1% en 2015”, aseguró en un informe Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs.
Dos horas después de la publicación de los datos mexicanos, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) de Colombia hizo lo propio al reportar una subida de 2%, la más débil desde 2009.
El dato marca el tercer año de desaceleración a medida que un brusco retroceso en el precio de sus principales exportaciones -petróleo, carbón y café- ha restringido el gasto público. A esto se sumó el ajuste en la política monetaria que ha limitado el consumo doméstico.