Inmigrantes americanos más pobres se vuelcan hacia el sur del mundo
Bloomberg destacó que mientras EE.UU. y Reino Unido se vuelven en contra del flujo migratorio, "el país más rico de Sudamérica" mantiene su puerta abierta a la llegada de extranjeros.
Más de 34.400 haitianos llegaron a Chile en los primeros meses de este año y la afluencia crece cada mes, según el departamento de policía. Junto a colombianos, peruanos, dominicanos y venezolanos, Chile está recibiendo ahora inmigrantes a un ritmo similar al del Reino Unido, en relación a sus poblaciones.
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Número de personas con más de US$1 millón crece en Chile
Este podría ser sólo el comienzo. Mientras crece la probabilidad de que Europa y Estados Unidos se vuelvan más hostiles hacia la inmigración, el país más rico de Sudamérica se convertirá en un imán aún mayor para quienes buscan empleos y una vida mejor, según el sociólogo Cristián Doña. Más aún considerando que Chile no tiene una fuerte política migratoria.
Los haitianos continúan arribando pese a la persistente debilidad del mercado de trabajo y la creación de empleos.
Si bien hasta el momento hay pocos signos de una reacción adversa, las cifras podrían avanzar rápido, si sigue aumentando el desempleo y el crecimiento de los salarios disminuye.
"Existe un riesgo de racismo activo en las calles", dijo Doña, investigador asociado del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social en Santiago. "Me preocupa que, sin políticas claras, cualquier populista o demagogo pueda impulsar ataques racistas".
Por ahora, pocos políticos chilenos ven el avance de los inmigrantes como un problema. La ley que regula la inmigración tiene 40 años, y es poco probable que los planes de reformar el sistema avancen antes de la próxima elección de noviembre de 2017. Los flujos futuros dependerán más de las oportunidades económicas que de la política gubernamental.
TURISTA QUE ENCUENTRA TRABAJO
Sentado en una obra en construcción en Las Condes, Matial Estime dice que trabaja hasta la última hora que puede para enviarle dinero a su esposa en Haití, y mantiene la cabeza baja para evitar problemas con la gente del lugar, según reporta Emol.
Llegó al país porque un primo le recomendó Chile y cruzó Los Andes en agosto de 2015. Mudarse no fue un problema. Como la mayoría de los haitianos, ingresó como turista, esperando encontrar un empleador que lo ayudara a obtener un permiso de trabajo y una visa de residente.
Chile está soportando su tercer año de crecimiento económico flojo.
"Pasé meses trabajando sin contrato”, dijo Estime. "Me resultó muy difícil encontrar alguien que me lo consiguiera y cada vez que lo pedía, el empleo desaparecía". Transcurrido un año, invierte la mitad de su salario de US$600 mensuales en pagar el alquiler y envía aproximadamente un tercio a su esposa en Haití. También ayudó a venir a sus dos hermanos, uno de los cuales está pensando en traer a su hijo mayor. La ola de inmigración no muestra indicios de ceder.
Los haitianos continúan arribando pese a la persistente debilidad del mercado de trabajo y la creación de empleos. Chile está soportando su tercer año de crecimiento económico flojo y un desempleo que alcanzó casi un máximo en seis años de 7,1% en julio. Desde entonces, cayó hasta 6,8%.