BARCELONA, 26 (EUROPA PRESS)
Un estudio de las excavaciones de la cueva de Figueira Brava (Portugal), usada como abrigo por poblaciones neandertales, revela que la pesca y el marisqueo contribuyeron de forma muy significativa a su economía de subsistencia.
El estudio, publicado en 'Science' y dirigido por el investigador Icrea del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la Universitat de Barcelona (UB) Joao Zilhao, tiene su relevancia en que hasta ahora apenas había indicios de que estas prácticas fuesen habituales entre los neandertales.
Zilhao ha sostenido que si ese consumo habitual de recursos marinos jugó un papel importante en el desarrollo de las capacidad cognitivas lo hizo a escala de la humanidad, incluyendo a los neandertales, "no únicamente a escala de la población africana que después se expandió", ha informado la UB este jueves en un comunicado.
Zilhao inscribe la investigación en la línea de las pruebas que se han venido acumulando durante la última década de que los neandertales "tenían una cultura material simbólica", y en 2018 ya codirigió dos trabajos en los que demostraba que habían realizado pinturas rupestres hace más de 65.000 años.
Para el investigador, los hallazgos "fortalecen una visión de la evolución humana en la que las variantes fósiles conocidas, como las de los neandertales de Europa y sus contemporáneos africanos de anatomía ya más parecida a la nuestra, han de interpretarse, todas ellas, como restos de antepasados, no como de especies distintas, una superior y las otras inferiores".
El estudio revela que hasta un 50% de la dieta de los habitantes de Figueira Brava estaba constituida por recursos del litoral, como moluscos, crustáceos, peces, aves y mamíferos, que complementaban con la caza.
Del estudio, el investigador también desprende que la gran mayoría de los neandertales habrían habitado en las regiones del sur, especialmente en Italia y, sobre todo, en la península ibérica, y su modo de vida habría sido muy parecido al de "las gentes de Figueira Brava".
Otro aspecto importante del estudio, a juicio del investigador, es que la familiaridad de los humanos con el mar y sus recursos es algo mucho más antiguo y extendido de lo que hasta ahora se ha pensado: "Esto posiblemente ayude a explicar cómo fue posible que, hace entre 45.000 y 50.000 años, los humanos hayamos podido cruzar el estrecho de Timor para colonizar Australia y Nueva Guinea y, a partir de ahí, hace unos 30.000 años, las islas más cercanas del Pacífico occidental", ha señalado.