En un momento en el que la búsqueda de combustibles menos contaminantes se ha convertido en una prioridad en las agendas de los diferentes países, se hace más necesario que nunca encontrar una solución alternativa a los tradicionales combustibles fósiles, que se obtenga a partir de fuentes renovables y que pueda, por tanto, resultar menos contaminante. Es en este punto donde entra en juego el metanol (MeOH).
Con el objetivo de implementar futuros vectores energéticos en la transición hacia una economía global con una huella de carbono reducida, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en España y de la SINTEF (Fundación para la Investigación Científica e Industrial), en Noruega han realizado una evaluación tecno-económica de los procesos de producción de metanol. La finalidad es la de determinar la competitividad económica de las distintas vías de obtención de este combustible proyectadas al año 2050.
Y es que, si bien el metanol se ha producido hasta hace poco utilizando fuentes de energía y materias primas de origen fósil, emitiendo de este modo altas cantidades de gases de efecto invernadero, los últimos procesos desarrollados han conseguido obtener este combustible mediante fuentes de energía renovables. En este caso, la huella de carbono de su producción es neutral, lo que podría resultar prometedor para su generación a gran escala. No obstante, la investigación realizada en la UPM determina que la síntesis a partir de energías renovables es todavía un reto.