Fin de la globalización y retorno de la inflación
Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco
Lo mismo que la globalización tuvo un efecto deflacionista o depresor de los precios, la desglobalización a la que el mundo se dirige es inflacionista. Los bajos niveles de inflación desde el año 2000 no se deben a la actuación de los bancos centrales, sino principalmente a los efectos de la globalización de la economía.
Tras la caída del muro de Berlín y el fin de la "Guerra Fría", Occidente comenzó a trasladar un elevado número de sus fábricas a países con menor coste de producción, entre ellos menores costes de mano de obra. Se logró reducir considerablemente el coste de fabricación de muchos artículos y aumentar los beneficios de las multinacionales. Los países receptores de todas estas inversiones se vieron favorecidos y lograron una considerable mejora del nivel de vida medio de sus poblaciones.
A su vez, el fuerte desarrollo de China y otros mercados emergentes amplió en cientos de millones el número de personas que alcanzaban un nivel de vida que les permitía ser nuevos consumidores demandantes de productos. La entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) facilitó las importaciones y exportaciones del gigante asiático.