Cómo nos afecta Ucrania
Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco
En cada momento el foco de atención de los medios de comunicación y de los inversores se centra principalmente en un riesgo potencial en concreto. En las últimas semanas dicho riesgo es la tensión geopolítica en la frontera de Ucrania con Rusia. Las tensiones en dicha frontera no son nuevas. Han sido constantes desde 2014. En dicho año se produjo la anexión de Crimea por parte de Rusia y se comenzó a vivir una situación de guerra en el este de Ucrania (guerra del Donbás). Desde entonces, las tensiones han sido permanentes con mayor o menor intensidad.
Al margen de la crisis humanitaria que provoca cualquier conflicto bélico, la importancia de las consecuencias del actual contencioso en Ucrania, tiene su foco principal en la dependencia energética de Europa del gas ruso. Del total de las importaciones de gas que realizan los países de la Unión Europea, el 41% procede de Rusia. Además, dos terceras partes de dicho gas atraviesa Ucrania antes de llegar a suelo europeo. La dependencia del gas ruso es especialmente relevante para Alemania. Con datos de 2016, el 61% del gas consumido por Alemania procedía de Rusia. Desde entonces Alemania ha ido cerrando progresivamente centrales nucleares, sin disponer de una fuente alternativa de energía propia que sustituyera a la energía nuclear. Acaba de cerrar tres de estas centrales y las tres últimas en activo se cerrarán antes de fin de año.
Ya en abril de 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que, en caso de una invasión de Ucrania por parte de Rusia, instaba a interrumpir inmediatamente las importaciones de petróleo y de gas desde Rusia y a desconectar a Rusia del sistema internacional de pagos SWIFT.