La lección de los “Felices Años 20”: Invertir hasta que duela.
Carlos Montero
Actualizado : 08:32
En muchos aspectos, la historia reciente ha sido sombría. Con cada ciclo de noticias, el mundo parece oscurecerse más y más. La pandemia nos ha hecho preocuparnos por los seres queridos.
Las cuarentenas fueron brutalmente aislantes. Luego vino la escasez. Para colmo, los mercados financieros se volvieron locos en 2022, destruyendo más riqueza en los últimos seis meses que en cualquier otro período de seis meses en los últimos 50 años.
En este contexto, muchos empresarios se han vuelto tímidos y financieramente conservadores.
Pero el COVID-19 no destruyó el tejido de nuestra sociedad, sino que iluminó la tenacidad del espíritu humano y su capacidad de adaptación.
Nos volvimos más eficientes durante la pandemia. Esto es irrefutable: la economía de los EE.UU. es más grande de lo que era antes de la pandemia, incluso cuando opera con casi 3 millones de trabajadores menos.
Las pandemias y otras crisis estimulan nuevas ideas, desbloquean la productividad y estimulan la adopción de tecnologías generadoras de riqueza.
El COVID-19 no fue la primera pandemia global del mundo. En la historia humana registrada, ha habido 13 pandemias que se cobraron más de un millón de vidas cada una. Una pandemia, en particular, es inquietantemente similar al COVID-19: la gripe española de 1918.