Tras la victoria de Trump...este es nuestro "activo refugio"

Ole Hansen, Jefe de Estrategia de Materias Primas

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Capitalbolsa | 07 nov, 2024

Los mercados financieros globales han reaccionado, en algunos casos de manera agresiva, a medida que los resultados de las elecciones estadounidenses indican cada vez más una victoria contundente de Trump y el Partido Republicano.

Este resultado está cerca de formar un “Trump 2.0” o una “barrida roja”, en la que los republicanos podrían controlar tanto la Casa Blanca como el Congreso, lo que les daría una influencia sustancial en las próximas negociaciones de alto riesgo sobre impuestos y gastos. Hasta ahora, los resultados han llevado al dólar a un máximo de un año, y las monedas que han sufrido los mayores reveses han sido el peso mexicano, el yen japonés y el euro, las dos primeras afectadas por la posible divergencia entre la trayectoria de las tasas del FOMC y otros bancos centrales importantes.

La curva de rendimiento de Estados Unidos se ha empinado, con los rendimientos a largo plazo aumentando más rápidamente que los rendimientos a corto plazo, a medida que aumentan las preocupaciones de que los recortes de impuestos y aranceles no financiados de Trump a las importaciones podrían reavivar los temores de inflación, potencialmente desacelerando el ritmo y la profundidad de futuros recortes de tasas en Estados Unidos.

Durante la noche, el sector de las materias primas registró pérdidas generalizadas, y el índice Bloomberg Commodity perdió cerca del 1 por ciento, ya que los operadores comenzaron a descontar la probabilidad del mencionado escenario "Trump 2.0". Se espera que este escenario genere los aranceles prometidos sobre los bienes importados, especialmente los dirigidos a China, lo que podría desencadenar una nueva ola de tensiones comerciales y perturbaciones económicas.

Como reflejo de estas expectativas, los metales industriales experimentaron algunas de las mayores caídas, lideradas por el cobre y el mineral de hierro, que son muy sensibles a la dinámica comercial y la demanda industrial. Además, el cobre también se ha visto afectado por los temores a una desaceleración de la transición energética después de que Trump dijera que "rescindiría todos los fondos no gastados" en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la ley climática emblemática de la administración Biden-Harris.

Los productos agrícolas también se vieron afectados, ya que los precios de los granos, en particular la soja, cayeron. Esto refleja los temores de que China pudiera responder con medidas de represalia, lo que podría reducir las exportaciones estadounidenses de cultivos clave y crear una presión a la baja sobre los precios. China, como uno de los mayores compradores de soja estadounidense, es un mercado crucial para los agricultores estadounidenses, y cualquier interrupción de este flujo comercial podría tener consecuencias significativas para el sector agrícola.

El petróleo crudo también ha bajado, presionado por la posibilidad de que una guerra comercial global de represalias pueda reducir la demanda y agregar tensión a una perspectiva de mercado ya débil proyectada para 2025. Esta disminución anticipada en la demanda de petróleo y productos relacionados se debe a las preocupaciones de que un aumento en los aranceles pueda desacelerar el crecimiento económico global, reduciendo así la demanda de energía. El panorama geopolítico también atraerá mucha atención, especialmente las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, la guerra entre Rusia y Ucrania y Medio Oriente, donde una administración Trump podría endurecer las sanciones a los flujos de petróleo iraní.

Los precios del oro cayeron temporalmente antes de encontrar soporte por encima de los USD 2.700, lastrados por la continua fortaleza del dólar estadounidense mientras los mercados analizan la posible respuesta del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) a los riesgos inflacionarios. Ante los temores de que los aranceles y las políticas fiscales puedan reavivar las presiones inflacionarias, existe una creciente preocupación de que el FOMC pueda adoptar un enfoque más cauteloso a la hora de recortar las tasas de interés.

En general, los resultados electorales refuerzan nuestra perspectiva alcista sobre los metales considerados refugio seguro, ya que la mayor volatilidad del mercado y la incertidumbre podrían impulsar una mayor demanda de estos activos. Sin embargo, persisten los riesgos a corto plazo, ya que las posiciones largas de entrada tardía en estos metales pueden ser vulnerables a la presión de venta a medida que el dólar se fortalece y los rendimientos de los bonos del Tesoro suben. Además, vale la pena observar la plata como un posible impulsor de los precios del oro después de que el metal sufriera una ruptura técnica, lo que refleja la debilidad general observada en los metales industriales.

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